A pesar de su inicial éxito en las encuestas, Marina Silva finalmente terminó tercera pero sus votantes comenzaron a ser anhelados por sus hasta hoy férreos rivales.
Los diecinueve millones de votos que concedieron el tercer lugar a la ambientalista Marina Silva en la elección de este domingo en Brasil serán disputados como objeto de deseo por los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta, la presidenta Dilma Rousseff y el opositor Aecio Neves.
"Estamos frente a la segunda vuelta con nuestro Programa de Gobierno y con el 20 % de la población brasileña, determinada a que el cambio debe realizarse en forma calificada", dijo la ecologista Silva sobre su resultado electoral, en una rueda de prensa en Sao Paulo.
Durante semanas favorita en las encuestas para pasar a la segunda ronda del 26 de octubre, Silva finalmente terminó la tercera pero sus votantes comenzaron a ser anhelados por sus hasta hoy férreos rivales.
Si bien obtuvo una votación similar a la obtenida en los comicios generales de 2010, Silva aclaró que lo considera un "crecimiento" ya que todos apostaban que su influencia iba a disminuir, como había ocurrido con aspirantes que se posicionaban como una tercera vía.
"Considero que estamos avanzando y una señal de ello es la decisión de la sociedad brasileña en mantenerse firme en el propósito de una nueva política", comentó.
Pese al resultado, la militancia "marinera", que animó gran parte de la campaña del Partido Socialista Brasileño (PSB), no exhibió decepción en el encuentro realizado en Sao Paulo, aunque en el equipo de campaña había cierta frustración por haber recibido "ataques" por parte de sus contrincantes.
El candidato a vicepresidente de Silva, Beto Albuquerque, fue tajante sobre el tema: "Nosotros podemos dormir tranquilos, otras que conmemoran victorias en este momento no pueden hacer lo mismo".
"Recibimos -dijo a Efe una fuente del grupo de campaña de Silva- un ataque feroz por parte del Partido de los Trabajadores (PT), que amenazaba a la población de que si no votaban a Rousseff se iban a eliminar los programas de ayuda social".
El PSB y Red Sustentabilidad, el grupo creado por Silva, van a debatir en forma programática la posición para la segunda vuelta.
"Si nuestros rivales no quisieron debatir nuestro programa de gobierno, ahora van a tener que discutirlo", sostuvo la fuente.
Pero al final de la conferencia Marina Silva no quiso dar pistas sobre cuál será su voto el 26 de octubre, luego de una campaña en la que tuvo ríspidas discusiones tanto con Rousseff como con Neves.
"El voto es secreto", respondió la ex ministra de Medio Ambiente.