El ex canciller uruguayo reemplaza en la institución al chileno José Miguel Insulza. Almagro prometió “más derechos para más gente”.
En una reunión protocolar del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) este martes, el ex canciller uruguayo Luis Almagro asumió como secretario general de la entidad, en reemplazo del chileno José Miguel Insulza. En su primer discurso al frente de la institución, Almagro prometió “más derechos para más gente”. Al acto asistieron representantes de los 34 miembros activos de la organización.
“Mi administración hará del lema ‘Más derechos para más gente' su motivo de existencia, porque el hemisferio está harto de exclusión, de derechos políticos, económicos o sociales para algunos pero no para todos, está cansado de racismo, de persecución, de prejuicios y antagonismos estériles”, afirmó en la sede del organismo, en Washington. También dedicó un espacio especial a Cuba, asegurando que “trabajaremos para que Cuba pueda integrarse plenamente a la OEA, tomando en cuenta la necesidad de respetar tiempos y procesos que no están bajo nuestro control”.
Almagro, que tendrá el cargo por cinco años y ya prometió que no irá a la reelección, se comprometió a dejar, cuando termine su período, un organismo “más cercano, más eficiente, menos burocrático y que contribuya a la resolución de los problemas del hemisferio y sus ciudadanos”. Agregó que “juntos, en la diversidad, con respeto, tolerancia y diálogo, podemos asegurar más derechos para más americanos”.
Superar división interna. “En 2020, al finalizar mi mandato, la OEA debería ser reconocida como el foro político hemisférico que con participación igualitaria de todos los países de las Américas, trabaja, en un clima de paz, para fortalecer la democracia, promover y proteger los derechos humanos, impulsar el desarrollo integral y la seguridad multidimensional para así apoyar la prosperidad con oportunidades de progreso para todos”, afirmó.
Almagro releva en el cargo al chileno José Miguel Insulza, que estuvo al frente del organismo durante una década marcada por una profunda división interna que dificultó los consensos, el golpe de Estado en Honduras de 2009, el levantamiento de la suspensión de Cuba ese mismo año, la crisis política en Venezuela y el avance en la política contra las drogas.