Revilla visitó la sede de DW en Bonn y en este entrevista habla sobre su gestión, los retos de la ciudad sede del gobierno boliviano y el conflicto limítrofe con Chile.
-Usted firmará un convenio con Bonn, ciudad hermana de La Paz. ¿Qué tipo de convenio es?
-El hermanamiento con Bonn es un proyecto que va a cumplir 15 años. Esta vez se trata de un convenio que va a sentar las bases de la gestión ambiental. El proyecto fue presentado en conjunto por La Paz y Bonn al ministerio alemán de Cooperación. Un proyecto que nos va a permitir, por ejemplo, instalar paneles solares experimentales en La Paz. Todo con el objetivo de mitigar los efectos del cambio climático en La Paz.
-¿Cuál es la situación ambiental en la sede del gobierno boliviano, con su millón de habitantes?
-Vivimos una situación preocupante, en el mediano y largo plazo, porque, primero, nuestras fuentes de agua provienen de los glaciares, que cada vez se reducen más. Segundo, porque los niveles de contaminación son muy altos, producidos principalmente por el tráfico de vehículos. Tenemos además dificultades con el tratamiento de residuos. El convenio con Alemania es muy importante porque nos permitirá realizar proyectos de generación de energía alternativa y mejorar la gestión para hacerle frente a estos problemas. En La Paz llueve seis meses seguidos, causando grandes inundaciones y erosión.
-¿La Paz, una de las ciudades en riesgo ambiental de América Latina?
-Como toda ciudad de estas dimensiones en el mundo. Por ello estamos desarrollando una política que nos permita enfrentar los retos, juntos. Este 11 de junio La Paz va a ser sede de un encuentro de las capitales latinoamericanas, más Madrid y Lisboa, con el objetivo de preparar una postura común antes los problemas ambientales, con miras a la Cumbre Habitat 3, a realizarse en Quito en octubre de 2016. Las ciudades necesitan tener voz, porque es allí en donde se sienten más los efectos del cambio climático. En las ciudades se concentra el 70% de la población mundial.
-¿Qué tanto ha hecho el gobierno del presidente Evo Morales por el medio ambiente en Bolivia?
-La gestión ambiental es en Bolivia un tema nuevo para todos. Así como estamos sentando las bases para un gobierno municipal, el gobierno nacional está en lo mismo.
-Usted lleva exactamente un año de su segundo mandato. ¿Qué tanto ha hecho por los paceños y qué ha dejado de hacer?
-Hemos avanzado bien en la mejora de la estructura urbana en barrios periféricos. La Paz tiene 600 barrios, de los cuales la mitad requiere una intervención integral para solucionar problemas de drenaje de alcantarillado, construcción de vías, parques infantiles, salud, etc. Ya hemos intervenido en 100 de los 300 barrios que lo necesitan. Hemos avanzado significativamente en transporte, con el apoyo de Bogotá, Quito y Ciudad de México. Acabamos de implementar la segunda fase del transporte municipal y estamos consolidando el transporte integrado por cable. La Paz es una ciudad llena de ríos, quebradas y montañas, por lo que tenemos que construir puentes para comunicarnos entre los paceños. Tenemos harto por hacer en los próximos cuatro años.
-¿Cómo son las relaciones con el gobierno de Evo Morales?
-Tenemos una relación cordial. No somos de la misma organización política. No es fácil convivir con el gobierno en su sede. Tratamos de desarrollar proyectos conjuntos, siempre y cuando no estemos en períodos electorales, como durante los últimos 10 años, cuando las cosas se complican. Ahora que se espera no haya elecciones en los próximos cuatro años, nos planteamos un mecanismo de trabajo institucional con el gobierno nacional que nos permita atender varias de las necesidades que tiene la ciudad.
-¿Qué hace tan difícil el trabajo con el gobierno de Morales?
-El gobierno tiene una visión un poco sectaria de la política. En el pasado ha dado preferencia a las autoridades municipales que pertenecen a su organización política.
-Los críticos de la gestión de Evo Morales crecen cada día. ¿A qué se debe?
-El gobierno de Evo Morales ha tenido logros importantes: el principal – que todos reconocemos y que le ha hecho muy bien al país – es el de adelantar una política seria de lucha contra la discriminación y el racismo. Eso es esencial para el futuro del país. Pero también hay tareas de fondo pendientes: dejar de depender de las materias primas, por ejemplo. La caída de los precios del petróleo nos va a generar dificultades a todos en todo el país.
Si bien el gobierno de Morales tiene un porcentaje mayoritario de aprobación, hay que recordar que hace muy poco la mayoría de los bolivianos rechazó la modificación de la Constitución que hubiera habilitado al presidente a presentarse una vez más. La gente está valorando en justa medida las cosas: reconoce los logros, pero no queremos un país de un solo partido político, donde no exista alternancia del poder y los gobernantes se elijan de manera indefinida.
-Bonn es ciudad hermana de La Paz. ¿Hay ciudades hermanas de La Paz en Chile?
-Arica e Iquique son ciudades hermanas de La Paz. Con ciudades del norte de Chile y el sur de Perú constituimos una plataforma llamada "Altiplano marítimo", porque La Paz ha sido un eje natural de la región. Con Santiago de Chile esperamos firmar un convenio de cooperación próximamente. Este es un aporte a la integración, sabiendo que hay temas pendientes.
-¿Cómo ve usted el conflicto limítrofe entre Bolivia y Chile en La Haya?
-Esta es una causa que todos los bolivianos respaldamos con el fin de que nos acerque a la recuperación de nuestra soberanía en Océano Pacífico. Durante 150 años hemos estado en un proceso de diálogos bilaterales que no nos han llevado a absolutamente nada. Hoy día hay una puerta incierta, pero distinta en La Haya. Así que esperamos que un fallo obligue a Chile a conversar y negociar de manera más seria.
-El presidente Evo Morales ha estado envuelto en una polémico sobre si tiene o no tiene hijos, de si lo/s reconoció o no. ¿Qué piensan los bolivianos de esa situación?
-La opinión pública está cansada de esta novela, amplificada y magnificada. Pero también se tiene una enorme incertidumbre, porque la gente no sabe que ocurrió, ocurre u ocurrirá. La gente está a la expectativa que las autoridades judiciales definan lo que inició denunciándose como tráfico de influencias.
¿Cuál es y ha sido su relación con los medios en Bolivia?
-Positiva. Siempre de respeto y distancia. Nosotros tenemos una visión diferente a la del gobierno central. Creemos en la pluralidad política y democrática, en la separación de poderes. En los medios como un instrumento de comunicación, información, pero también de interpelación ciudadana hacia el poder.