Lula, quien es aún el político más popular de Brasil pese a que su Partido de los Trabajadores (PT) está inmerso en el escándalo de corrupción de Petrobras, lloró y se rió en sus comentarios públicos para deplorar los cargos, que podrían llevar a su arresto y poner fin a su carrera política.
Sao Paulo. El ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva rechazó el jueves las acusaciones de corrupción en su contra y las describió como una invención fraguada para impedirle volver a postularse a la presidencia de Brasil dentro de dos años.
Lula, quien es aún el político más popular de Brasil pese a que su Partido de los Trabajadores (PT) está inmerso en el escándalo de corrupción de Petrobras, lloró y se rió en sus comentarios públicos para deplorar los cargos, que podrían llevar a su arresto y poner fin a su carrera política.
"Prueben que he cometido un solo acto de corrupción e iré hasta la estación de la policía y me entregaré", dijo Lula, en su primera aparición pública desde que fue formalmente acusado el miércoles.
Los fiscales brasileños acusaron al ex presidente de corrupción y lavado de dinero por supuestamente aceptar sobornos de firmas de construcción involucradas en un extendido esquema de coimas y favores políticos originadas en Petrobras, la gigante compañía gestionada por el Estado.
Lula sollozó cuando recordó su infancia en la pobreza para pasar a convertirse en un líder sindical y fundar uno de los partidos de izquierda más importantes de Latinoamérica, con el que fue elegido el primer presidente de clase trabajadora de Brasil.
El ex mandatario de 70 años es considerado un héroe por muchos brasileños tras su gestión entre el 2003 y el 2010 en la que más de 30 millones de personas lograron salir de la pobreza.
Lula dijo que colaboraría con los fiscales porque no ha cometido delito alguno y pidió respeto para su esposa, quien también fue acusada en un caso que involucra un lujoso departamento en la localidad costera de Guarujá que según fiscales fue entregado al ex presidente como una coima por la compañía de construcción OAS.
El líder de izquierda no ha descartado presentarse a las elecciones presidenciales de 2018. Los sondeos indican que derrotaría a otros candidatos en primera vuelta pero que perdería en el balotaje. Sin embargo, una condena criminal le prohibiría presentarse a un comicio por ocho años.