Su tarea, además, enfrentará otros escollos: un Congreso dividido y una oposición que, con la saliente Cristina Fernández de Kirchner entre sus líderes, ya le hizo sentir a Macri toda su ferocidad con una controversia pública sobre el protocolo para el traspaso de mando.
Buenos Aires. Mauricio Macri asumirá este jueves la presidencia de Argentina con la promesa de reactivar una economía que cruje por la escasez de inversiones y una alta inflación, tras 12 años de gestión del peronismo de centroizquierda.
Macri, el representante de la centroderecha que ganó apretadamente el balotaje de noviembre, deberá realizar ajustes en la tercera mayor economía de América Latina pero con el cuidado de no afectar los logros sociales alcanzados en la última década para no perder legitimidad rápidamente.
Su tarea, además, enfrentará otros escollos: un Congreso dividido y una oposición que, con la saliente Cristina Fernández de Kirchner entre sus líderes, ya le hizo sentir a Macri toda su ferocidad antes del cambio de Gobierno, con una controversia pública sobre el protocolo para el traspaso de mando.
"Vamos a tener un buen diálogo con el peronismo en el Congreso para tener las herramientas que permitan poner el país en marcha", dijo recientemente Macri, quien fue alcalde de la ciudad de Buenos Aires durante ocho años, en su cuenta de Twitter.
La polémica Fernández, que tras la disputa decidió no asistir al traspaso de mando, mantiene una alta popularidad gracias al bajo desempleo que registra el país y los amplios subsidios que otorgó para combatir la pobreza.
Pero las amplias regulaciones sobre el comercio y los mercados han ahuyentado capitales y afectado algunas de las principales actividades de Argentina, como la agricultura y la industria automotriz.
"Con la riqueza que este país tiene, no hay razón para que nuestra economía se haya estancado o que las importaciones sean bloqueadas", dijo Teresita Ugolini, una cosmetóloga de 70 años.
Como parte de la mayor apertura prevista, economistas de Macri ya iniciaron contactos con acreedores de deuda impaga, que con una demanda judicial en Estados Unidos mantienen a Argentina alejada de los mercados internacionales de crédito.
La resolución de ese conflicto y las reformas de libre mercado atraerían los capitales que el país necesita para volver a crecer, según los planes del equipo de Macri, que espera en pocos años llevar a un dígito la inflación que actualmente supera el 20 por ciento anual.
Macri, hijo de un rico empresario, prometió una rebaja en el impuesto a la exportación de productos agrícolas y liberar el mercado de cambios de las actuales restricciones.
Con aires renovadores, el ex alcalde de Buenos Aires dijo que tendrá una gestión transparente, pero sus detractores lo acusan de tener pendiente un procesamiento en la Justicia por espionaje ilegal, aunque se prevé que sea sobreseído.
Como la Presidencia de Fernández concluyó oficialmente en la medianoche del miércoles, el Gobierno quedó provisoriamente en manos del jefe del Senado, Federico Pinedo, un aliado de Macri.
Está previsto que Macri, líder de la alianza Cambiemos, preste juramento el jueves al mediodía en el Congreso y que, tras recibir de mano de Pinedo los símbolos de mando en la Casa Rosada, salude a los mandatarios de la región que asisten a la toma de posesión.