La votación probablemente verá a los aliados de Maduro ganar una mayoría, fortaleciendo su control del poder pese a una campaña de sanciones y presión diplomática de casi dos años liderada por Estados Unidos y un colapso económico que ha provocado una crisis humanitaria.
Caracas. Venezuela concurrirá a elecciones legislativas este domingo, en unos comicios que Estados Unidos, la Unión Europea y muchos ciudadanos ven como un fraudulento esfuerzo del oficialismo para controlar la última institución en manos de la oposición.
La oposición, encabezada por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, está llamando a la abstención con el argumento de que el acto eleccionario será amañado a favor de los aliados de Maduro.
Los fallos judiciales han dejado al cuerpo prácticamente sin dientes desde que la oposición ganó el control en una votación de diciembre de 2015.
La votación probablemente verá a los aliados de Maduro ganar una mayoría, fortaleciendo su control del poder pese a una campaña de sanciones y presión diplomática de casi dos años liderada por Estados Unidos y un colapso económico que ha provocado una crisis humanitaria.
Un reciente sondeo de Datanalisis mostró que un 60,2% de los consultados dijo estar no dispuesto a votar, frente a 34% que desea hacerlo. En ese mismo sondeo, un 92% consideró como negativa la situación del país, castigado por la hiperinflación, la recesión y devastados servicios públicos.
"Miren las condiciones en que estamos", dijo a Reuters días atrás Keili Muller, de 27 años y madre de cuatro hijos, en referencia a su vivienda de madera y zinc ubicada en una zona del estado costero de La Guaira.
Se quejó de que había pasado meses tratando de que los funcionarios la ayudaran con las constantes inundaciones de su casa, pero que nadie había llegado a su comunidad, incluido el hijo de Maduro, que se postula para representar al estado en el Congreso. "Por eso es que decimos que no votamos", señaló.
Guaidó ha insistido en que el mandato de la actual Asamblea Nacional continuará más allá de la fecha límite establecida para el 5 de enero porque la próxima votación carece de legitimidad.
Entre los partidos opositores parece haber consenso de que Guaidó siga al frente del parlamento, a cuyo edificio le fue negado el acceso en enero. Desde entonces y debido a la pandemia del coronavirus, la Asamblea realizó sus sesiones de forma virtual, mientras decenas de diputados están fuera del país por presiones y acoso policial o amenazas de encarcelarlos.
Maduro dice que la contienda es transparente y que en ella participa "la oposición", pero muchos describen a ciertos candidatos como aliados del gobierno en las sombras.
Guaidó, reconocido como líder legítimo de Venezuela por decenas de países que consideran que la reelección de Maduro en 2018 fue un fraude, prepara una consulta para el 12 de diciembre, en la que la población manifieste su demanda de que Maduro salga del cargo y rechace la elección del domingo.
Las parlamentarias además marcarán un aumento en el número de curules de 167 a 277. Esta medida viola la Constitución, que señala que la representación parlamentaria debe ser de 1,1% del total de la población, sostienen críticos, debido al éxodo de unas 5 millones de personas en los últimos años.