Maduro denunció a Washington de buscar desprestigiar las elecciones del domingo y acusó a Todd Robinson y Brian Naranjo, también funcionario de la embajada estadounidense, de inmiscuirse en la política para operar en su contra.
Caracas. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que enfrenta la condena de una veintena de países y sanciones de Washington, ordenó este martes la expulsión del principal diplomático de Estados Unidos en Caracas, el agregado de negocios Todd Robinson, después de asegurar que tenía pruebas de conspiración.
Maduro denunció a Washington de buscar desprestigiar las elecciones y acusó a Robinson y Brian Naranjo, también funcionario de la embajada estadounidense, de inmiscuirse en la política para operar en su contra.
"Deben irse del país en 48 horas en protesta y en defensa de la dignidad de la patria venezolana", dijo Maduro en un discurso tras recibir su certificado del tribunal electoral como presidente luego de la reelección de este domingo.
Las elecciones han sido desconocidas por más de una veintena de países, que las consideraron una "farsa" porque los principales candidatos opositores no pudieron postularse por barreras legales y no hubo una observación imparcial, entre otras irregularidades denunciadas.
Maduro, un exconductor de autobús de 55 años, dijo además que las sanciones impuestas este lunes por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofenden la "dignidad nacional" de los venezolanos.
Como había anticipado antes de los controvertido comicios del domingo, Trump firmó este lunes una orden que prohíbe a ciudadanos y residentes estadounidenses comprar deuda venezolana, incluyendo cualquier pasivo del gobierno y cuentas por cobrar relacionadas con el crudo vendido por el país miembro de la OPEP.
"Yo repudio todas las sanciones porque le hacen daño" al pueblo venezolano, dijo Maduro. Indicó que estaba dispuesto a hablar con Estados Unidos, "pero no sobre la base de amenazas, de presiones".
En medio de la peor crisis económica del país, que cuenta con las mayores reservas de crudo del mundo pero que carece de suministros básicos para su población, el mandatario ratificó que dedicará sus esfuerzos a corregir los problemas.
"Venezuela se va a estabilizar en lo económico y vamos a derrotar la guerra económica", aseguró Maduro sin detallar sus planes para cortar en seco la inflación de cinco dígitos que ha pulverizado los ingresos de los venezolanos.
Aseguró que estaba dispuesto a dialogar con todos los sectores políticos y económicos del país e incluso asomó la posibilidad de que se logre la liberación de algunos dirigentes opositores encarcelados o bajo detención domiciliaria.
Maduro dijo que le había encomendado a la Asamblea Nacional Constituyente, bajo control del oficialismo, estudiar "un conjunto de medidas de beneficios para sectores de la oposición".
"Podemos dar un conjunto de gestos necesarios que avancen hacia un proceso de reconciliación", dijo.