La reunión de Mariano Rajoy con la esposa del dirigente opositor venezolano Leopoldo López, encendió el enojo el presidente venezolano, que calificó el encuentro como un "acto inamistoso de injerencismo".
Bastó que el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, se reuniera con la esposa del dirigente opositor venezolano Leopoldo López, detenido hace meses por su presunta responsabilidad en las protestas desatadas en el país sudamericano en febrero, para que ardiera Troya en Caracas. Rajoy manifestó su “preocupación” por el encarcelamiento del dirigente, provocando una airada reacción del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
El mandatario dijo este viernes que había tomado la decisión de ordenar al canciller Rafael Ramírez que revisara las relaciones diplomáticas con España, debido a las declaraciones “injerencistas” de Rajoy. “Le he pedido al canciller Ramírez revisar todas las relaciones con España por este acto inamistoso de injerencismo y de apoyo de los grupos de ultraderecha que ejercen la violencia en Venezuela”, dijo el jefe de Estado.
"Señor Rajoy, respete a Venezuela como nosotros respetamos al pueblo español. Venezuela es un pueblo de dignidad que merece el respeto de las naciones del mundo”, agregó Maduro durante un acto oficial en el barrio popular de Macarao. “Nadie puede venir a darle lecciones de democracia y vida social a nuestra patria”, añadió Maduro, quien añadió que Rajoy “no tiene moral” para hablar de Venezuela, debido al “desastre” que vive España.
Agenda de desestabilización. “Viene usted a alentar desde España el terrorismo contra Venezuela, cuando usted en sus narices le ha quitado la vivienda a más de 700.000 españoles”, argumentó Maduro. “Le ha quitado el derecho a la educación pública a la juventud en España, el derecho a la salud pública al pueblo español, el derecho a la vivienda, el derecho a las pensiones de dignidad, si usted quiere aprender a gobernar venga a aprender con Venezuela”, redondeó.
Mediante un comunicado, el gobierno venezolano expresó a la Cancillería española su “más profundo rechazo a la acción injerencista, irresponsable e irrespetuosa llevada adelante el día miércoles 22 de octubre” por Rajoy. A juicio de Caracas, las afirmaciones del gobernante español estimulan y promueven “una agenda política de desestabilización contra nuestro país al hacer declaraciones públicas emitiendo juicios de valor respecto a nuestro ordenamiento jurídico, vida social y funcionamiento de nuestra democracia”.