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Maduro y sus duros epitetos contra el primer ministro español: no es la primera vez
Viernes, Abril 8, 2016 - 13:16

En abril del 2015, el gobierno español acudió a la misma estrategia - retirar a su embajador en Caracas- cuando el mandatario venezolano acusó a Mariano Rajoy de ser miembro de “un grupo de bandidos, corruptos y ladrones”.

El tono de esta ocasión no difirió en ningún sentido de las evocaciones anteriores: el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo que el presidente en funciones de España, Mariano Rajoy, es “intervencionista, racista y colonialista”. En su discurso público en el Palacio de Miraflores, Maduro espetó: “Racista te dije Rajoy, colonialista te dije Rajoy, basura corrupta te dije Rajoy, a Venezuela se la respeta”.

La calidad de sus palabras obligaron al gobierno español a decretar una medida que ya ha tomado en cinco ocasiones: llamar al embajador de Venezuela en España para presentar una queja formal. Además, llamó a consultas (lo que significa un retiro temporal) a su embajador en Caracas. En abril del año pasado, el gobierno español acudió a la misma estrategia cuando Maduro acusó a Rajoy de ser miembro de “un grupo de bandidos, corruptos y ladrones”.

Por ese entonces, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, dijo que su país no podía “tolerar afrentas serias a la dignidad nacional”. Sin embargo, una semana después el embajador español volvió a Caracas. García Margallo dijo: “una vez que Maduro ha dicho que vamos a conducir nuestras relaciones desde el respeto mutuo, es obvio que estamos más que encantados de recoger el guante”.

Las relaciones desde el “respeto mutuo”, sin embargo, ya tambaleaban para esa época. Maduro había considerado como una “agresión” que el Parlamento español hubiera alcanzado un acuerdo a favor de la liberación de presos políticos en Venezuela (justo el mismo tema que corre hoy en la agenda del Gobierno y el Parlamento venezolanos). Por esos días, Maduro dijo esto de Rajoy: “El rajao de Rajoy, racista”, “Vayan a opinar de su madre, pero no de Venezuela”, “¡Ya basta, Corte de España abusadora, élite corrupta!”. Dijo que Rajoy urdía “maniobras, jugadas y asquerosidades contra Venezuela”. Entre octubre de 2014 y marzo de 2015, Venezuela retiró a su embajador en Madrid como protesta por el alegado “intervencionismo” del gobierno español en los asuntos nacionales.

Para Maduro, las palabras de Rajoy y las acciones en realidad simbólicas del Parlamento a favor de los presos políticos se configuran como una nueva “conquista española”. Por eso, en sus insultos de ayer tuvo a bien recordar a Bolívar, justo ahora en que España pasa por un bloque político a causa de la falta de claridad sobre la formación del próximo gobierno (Rajoy lleva tres meses como presidente en funciones). Podemos, un partido de izquierda y que nació de movimientos de indignados en España, está dentro de la ruleta política para conformar parte de ese gobierno. Dijo Maduro: “Tiembla la oligarquía española como le tembló a Simón Bolívar que hace 200 años los expulsó a bayoneta limpia, tiembla la oligarquía colonialista y racista de Rajoy y de todos ellos”.

Las palabras de Maduro también coinciden con una realidad doméstica desfavorable: una crisis energética que ha forzado al Gobierno a declarar todos los viernes como días festivos (para ahorrar energía) y los roces con el Parlamento luego de que éste aprobara una amnistía para los presos políticos. Este tema le interesa profundamente a España. En una ocasión, Rajoy dijo en público: “el cambio no será completo en América Latina sin libertad en Venezuela”. Maduro ha dicho que dicha ley es “ilegal” y “criminal” y declaró que la enviará al Tribunal Supremo para una revisión. La OEA le pidió a Maduro firmar esa ley, “imprescindible” para el avance democrático de Venezuela.

Los insultos de parte y parte (hay que recordar que en 2007 el entonces rey de España Juan Carlos I le dijo a Hugo Chávez en una cumbre de presidentes: “¿Por qué no te callas?”) no han tenido efectos reales en las relaciones de ambos países: hasta ahora, no ha habido ruptura de relaciones y los intercambios económicos siguen sin modificación. En el plano político, y sólo en ese plano, las intervenciones de Maduro contra Rajoy sirven para eclipsar las tensiones domésticas en ambos países: por un lado, Maduro en un roce constante con el Parlamento y con parte de sus dirigidos; por el otro, Rajoy imbuido en el fracaso por ser incapaz de levantar un gobierno de coalición.

Autores

ELESPECTADOR.COM