El empresario dejará de lado la conducción de la firma de confección de vestuario Guararapes Confecções SA y de la unidad de moda Lojas Riachuelo, controladas por su familia, para unirse a la carrera presidencial con el respaldo de un partido establecido y una poderosa iglesia evangélica.
Brasilia. Las airadas protestas de personas de izquierda afuera de sus negocios no impedirán que el multimillonario Flavio Rocha participe en las elecciones presidenciales de Brasil este año, abogando por la represión del crimen, una intervención mucho menor del Estado y valores familiares conservadores.
"Una mayoría de los brasileños está exigiendo la ley y el orden, y la recuperación de los valores sociales", dijo Rocha en una entrevista.
El empresario dejará de lado la conducción de la firma de confección de vestuario Guararapes Confecções SA y de la unidad de moda Lojas Riachuelo, controladas por su familia, para unirse a la carrera presidencial con el respaldo de un partido establecido y una poderosa iglesia evangélica.
Rocha es uno de los precandidatos conservadores en la carrera por las elecciones presidenciales 2018, que llaman hacer privatizaciones y a la austeridad del gobierno, en el que sería un giro a la derecha para la política brasileña tras cuatro períodos seguidos de mandatos de presidentes de izquierda.
Su mensaje no es bien recibido en todas partes. Manifestantes protestaron el martes frente al centro de llamadas de Riachuelo en la ciudad nororiental de Natal. Según Rocha, estaban enojados por su apoyo a un proyecto de ley que proponía la criminalización del Movimiento de los Sin Tierra (MST).
Las protestas son el último ejemplo de una política cada vez más conflictiva en Brasil, donde el encarcelamiento del ex presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva el sábado por una condena por soborno tiene los ánimos muy encendidos.
Más de 13 años de gobierno bajo el Partido de los Trabajadores de Lula terminaron en 2016 con la destitución de Dilma Rousseff, su sucesora elegida, y una ola de escándalos de corrupción. Los votantes brasileños parecen hartos de los políticos tradicionales y están listos para dar una nueva audiencia a los candidatos de derecha.
Rocha es una de las nuevas voces que lleva la conversación política a la derecha y promete poner fin a lo que él llama "la dictadura de la corrección política" que, según él, ha permitido que la delincuencia y la corrupción florezcan en Brasil con impunidad.
Su candidatura fue proclamada por primera vez por el Movimiento Brasil Libre (MBL), un grupo detrás de las protestas callejeras que ayudaron a enjuiciar a Rousseff, hace dos años.
Con Lula fuera de la carrera, el actual favorito para las elecciones de octubre es el congresista de extrema derecha Jair Bolsonaro, ex capitán del ejército que tomó la delantera con su dura retórica de ley y orden.
Los prospectos de Rocha son difíciles de medir porque no ha sido incluido en las encuestas recientes, pero según el analista político Leonardo Barreto el momento podría estar listo para su mensaje. "Rocha combina los dos temas principales de esta elección: una agenda económica liberal y valores conservadores".
Barreto agregó que la familia detrás de la Iglesia Universal también maneja TV Record, una de las redes más grandes de Brasil y "eso podría ayudarlo a despegar".