Indígenas amazónicos iniciaron este lunes una marcha de centenares de kilómetros en Bolivia, al tiempo que organizaciones civiles de dos ciudades convocaban a huelgas y bloqueos. Las tres protestas, en regiones muy distantes entre sí, parecían coincidir en su tono de crítica a la gestión del presidente Evo Morales
La Paz. Indígenas amazónicos iniciaron este lunes una marcha de centenares de kilómetros en Bolivia, al tiempo que organizaciones civiles de dos ciudades convocaban a huelgas y bloqueos, en un rebrote de tensión social que el Gobierno calificó como políticamente motivado.
Las tres protestas, en regiones muy distantes entre sí, parecían coincidir en su tono de crítica a la gestión del presidente Evo Morales, quien enfrenta también una dura campaña de la oposición conservadora contra una inédita elección de jueces por voto popular fijada para octubre.
"Sin duda estos son tres problemas diferentes, pero no son aislados, porque la razón fundamental para que se originen es el mismo Gobierno (que) tiene gestión muy deficiente en atención temprana de conflictos", dijo el analista Franklin Pareja, profesor de la universidad estatal de La Paz.
Pareja agregó que "estas movilizaciones se realizan de forma simultánea para ser más efectivas a la hora de presionar y romper la intransigencia del Gobierno", que a principios de año tropezó con otra ola de protestas tras un fallido reajuste de precios de carburantes.
Pero Morales dijo que la negativa de los sectores movilizados a dialogar con el gobierno podría ser muestra de un afán de desestabilización política.
"El dialogo siempre está abierto, lamento mucho que no asisten al diálogo. Puedo entender que es una acción política", afirmó en conferencia de prensa el ex líder cocalero.
¿Solo coincidencia? "Da para reflexionar el hecho de que estas movilizaciones hayan sido planteadas y se sincronicen en el tiempo", dijo a reporteros el ministro de la Presidencia, Carlos Romero.
La protesta más resonante fue protagonizada por centenares de indígenas del departamento oriental de Beni, que iniciaron bajo un intenso calor una caminata de unos 600 kilómetros hasta las alturas de La Paz en rechazo a una carretera de 310 kilómetros financiada principalmente por Brasil.
Los marchistas partieron de la ciudad de Trinidad, capital de Beni y rechazaron en el último mes varias invitaciones del Gobierno a una consulta, mandada por ley, sobre el impacto ambiental de la carretera que costará US$420 millones y atravesará el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).
"Esta marcha va a llegar hasta La Paz para hacer entender y reflexionar al Gobierno y que cambie de actitud, que cambie la ruta del proyecto carretero", dijo Fernando Vargas, uno de los líderes de la protesta, al comenzar la caminata.
"Estamos decididos a marchar porque nosotros estamos defendiendo nuestro territorio", apuntó Juan Carlos Flores, un marchista de la comunidad de Oromomo habitada por las etnias Yuracaré y Chimán.
En una protesta simultánea, la poderosa Federación de Juntas Vecinales de El Alto, controlada por un partido de oposición, inició un plan de bloqueo de calles en protesta contra la decisión del gobierno de aplazar para el 2012 un censo nacional previsto inicialmente para este año.
El tercer conflicto se desató en la sureña ciudad de Potosí, cuyo comité cívico convocó a marchas y bloqueos en protesta contra lo que calificó como incumplimiento del gobierno a un compromiso de obras de desarrollo firmado hace un año como producto de una huelga regional.