La candidata presidencial defendió un amplio diálogo con líderes de diferentes partidos para promover cambios en el país y acabar con la vieja forma de hacer política.

La ecologista Marina Silva, confirmada el miércoles como candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB) a las elecciones presidenciales de octubre en Brasil, afirmó este sábado que, de ser elegida, podrá contar con el apoyo de líderes de varios partidos que siempre la han defendido.

En el primer acto público de campaña tras su designación como candidata en el lugar de Eduardo Campos, el líder socialista muerto el 13 de agosto en un accidente aéreo, Silva dijo que puede gobernar sin el apoyo de los partidos tradicionales, blanco frecuente de sus críticas, debido a que tales formaciones cuentan con líderes que considera idóneos y con los que tiene buenas relaciones.

"Puedo garantizar que el PMDB de Pedro Simon no va a faltarnos, que el PDT de Cristovam Buarque no va a faltarnos y que el PT de Eduardo Suplicy no va a faltarnos", afirmó Marina Silva al citar importantes políticos de partidos mayoritarios que han manifestado apoyo a su candidatura.

El oficialista Partido de los Trabajadores (PT), primera fuerza en la Cámara de Diputados y liderado por el exgobernante Luiz Inácio Lula Silva, postuló como su candidata a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que aspira a la reelección.

Tanto el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), mayor fuerza electoral del país y primera minoría en el Senado, como el Partido Democrático Laborista (PDT), otro de los partidos tradicionales y aliados del PT en el Gobierno, apoyan la candidatura de Rousseff.

Algunos dirigentes de los partidos de la base aliada del Gobierno, sin embargo, son críticos de la gestión de Rousseff y defienden otros aspirantes, entre ellos Marina Silva.

La líder ecologista, ex ministra de Medio Ambiente y ex senadora, que fue la tercera candidata más votada en las elecciones presidenciales de 2010 y comenzó la disputa para las elecciones de octubre próximo en segundo lugar en las encuestas, defendió este sábado un amplio diálogo con líderes de diferentes partidos para promover cambios en el país y acabar con la vieja forma de hacer política.

"Nosotros queremos y podemos unir Brasil, pero para eso es necesario dialogar. Los grupos que están hace 20 años en el poder no consiguen dialogar", dijo la candidata del PSB en referencia tanto al PT de Rousseff y Lula (2003-2010) como al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del ex presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) y que postuló como candidato al senador Aecio Neves.

"La vieja política está atrasando Brasil y perjudicando nuestro desarrollo", agregó Silva, una evangélica de origen pobre que durante toda su carrera política se ha caracterizado por la defensa incondicional de la Amazonía y el medio ambiente.

Silva manifestó su intención de dialogar con dirigentes específicos de los partidos tradicionales durante una caminata por Casa Amarela, un empobrecido barrio de la ciudad de Recife, la capital del estado de Pernambuco y en donde tuvo su primera cita con los electores desde que fue designada candidata en lugar de Campos.

La ecologista escogió el local de su primer acto público de campaña en homenaje a Campos, que fue durante ocho años gobernador de Pernambuco y tenía en Recife su fortín electoral.

La candidata defendió el diálogo al ser interrogada sobre cómo podría gobernar Brasil sin apoyo en el Congreso debido a que los partidos que la apoyan son minoritarios y ella siempre ha mantenido distancia de los viejos caudillos políticos, varios de ellos salpicados por escándalos de corrupción, que dominan el país.

"Incluso aunque estemos en campañas adversarias, si quien se elige es Serra, estoy seguro de que no nos faltará", afirmó la candidata al mencionar al excandidato presidencial y exministro José Serra, uno de los principales líderes del PSDB, y quien es favorito a ser elegido senador por el estado de Sao Paulo.

"La renovación de la política en Brasil no será obra sólo de los partidos sino de la sociedad brasileña. El vencedor de esta elección no serán las viejas estructuras sino la nueva postura del ciudadano brasileño", agregó.

Silva fue candidata presidencial por el Partido Verde en las elecciones de 2010 y ocupó el tercer lugar, con una votación que llegó casi al 20 %.

Para estas elecciones pretendía formar su propio partido, pero no logró reunir las 500.000 firmas de electores exigidas por las autoridades electorales, por lo que se afilió al PSB, que la postuló a la vicepresidencia en la fórmula que encabezaba Campos.

Según un sondeo divulgado este lunes, Silva entra con fuerza en la campaña y tiene una intención de voto del 21 %, que la convierte en la segunda favorita, aunque, de acuerdo a esa misma encuesta, podría derrotar a la presidenta y candidata a la reelección en una eventual segunda vuelta.