El mandatario está en la recta final de su mandato, tras casi cinco años al frente del país. Con gran orgullo y energía destaca que el mundo mira de manera diferente a Panamá tras su gestión.
En conversación exclusiva con AméricaEconomía, el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, detalla con precisión sus logros, habla de su futuro y no deja de referirse a su intensa relación con Venezuela. Quiere aprovechar al máximo cada día que le queda en la presidencia. Los días posteriores a esta entrevista, realizada durante el World Economia Forum realizado en Ciudad de Panamá, lo demuestran. El sitio web presidencial da cuenta de una agitada rutina diaria, la misma energía que se desborda cuando se le menciona que a su gobierno le quedan 90 días, y él rectifica de inmediato y taxativo: son 100.
Martinelli es uno de los anfitriones del World Economic Forum (WEF) para América Latina, es abril y debe firmar el TLC de Panamá con México al día siguiente y en tres días más inaugurar el primer sistema de metro del país y de Centroamérica. Eso, entre muchos otros asuntos que lo tienen trabajando en la sede de gobierno desde muy temprano hasta entrada la noche. Y si bien sabe que preside un país pequeño, tiene un convencimiento de acero de que Panamá tiene un futuro esplendoroso, partiendo por el gran as económico que ostenta el país: el Canal. Con ese convencimiento no duda en proponer a Panamá como un centro de operaciones para la Alianza del Pacífico, en caso de que el país acceda al apetecido bloque regional, cuestión que se ve altamente probable, previa aprobación de los parlamentos de los países miembros de la organización y “Dios mediante”, acota.
En uno de los salones del hotel que alberga al WEF, el mandatario recibe en exclusiva a AméricaEconomía para hacer un repaso a su gestión, proyectar su futuro y entregar algunas impresiones sobre la región latinoamericana, específicamente sobre Venezuela, un país muy recurrente en su discurso y al que define con ironía como un excelente promotor de Panamá.-Hace cuatro años, en entrevista con nuestro medio, a usted le preguntaron sobre cómo esperaba que se insertara su gobierno en la historia de Panamá.
-¿Se insertó tal como usted quería?
-Yo diría que sí, porque en Panamá, de acuerdo al World Economic Forum, es una de las economías más competitivas en el mundo; Panamá atrae Inversión Extranjera Directa, como todos los países, y para ello antes le abría una red carpet a todos los inversionistas que quisieran venir, y cuando llegaban se encontraban con que lo que había era un gran red tape, una gran burocracia, y lo que nosotros hemos tratado de hacer es agilizar el Estado, agilizar los procesos para que el inversionista tenga la oportunidad de que todo lo que él necesite hacer se haga de manera rápida, eficiente y efectiva; desde que no tenga problemas de migración, hasta firmar una gran cantidad de tratados de doble tributación con varios de países para eliminarla. Hemos abierto la economía para que se puedan establecer en Panamá una gran cantidad de escuelas internacionales; para que en supermercados y restaurantes haya todo tipo de comida; hemos establecido redes de aduanas con impuestos muy bajos... la competitividad de Panamá se ha consolidado muchísimo, al ser Panamá uno de los centros aeroportuarios mejor conectados del mundo... o sea, lo que se ha visto en estos últimos cinco años en Panamá es una transformación total.
-¿Alguna dificultad en el proceso?
-El único problema que yo creo que tiene Panamá es que muchas personas... como decirlo... tenemos un país casi del primer mundo, pero muchos se han quedado con la mentalidad del tercer mundo. Hemos hecho grandes adelantos en la educación, cambiando el sistema educativo panameño, pero todavía falta mucho por hacer, porque estos son proyectos a mediano y largo plazo.
-¿Siente que hizo todo lo que se propuso?
-Hay muchas cosas que quedan pendientes, hay muchas cosas que me hubiese gustado hacer, otras que hubiera hecho de manera diferente. Mi inexperiencia política quizás me llevó a ser apresurado en muchas cosas, pero creo que en el balance, en el que el país ha crecido a un promedio de 9% en los últimos cinco años, en que no tengamos una gran tasa de desempleo, el que la relación deuda/PIB haya bajado 46% a 38%, que la deserción escolar haya bajado de 5,1% a 3,1%, que los índices de competitividad del país hayan avanzado, que el turismo haya crecido de 800 mil turistas a 2,3 millones de turistas, que tengamos el primer metro de Centroamérica.
El panameño se sentía antes derrotado y perdido en muchas cosas; el panameño ahora se siente con un orgullo nacional (alza la voz, remarca), porque el mundo mira a Panamá con diferentes ojos. El mundo que está pasando por problemas mira a Panamá con una actitud diferente y sencillamente Panamá ha tenido una política muy agresiva en materia de atracción de inversiones: en 2013 entraron a nuestro país inversiones por US$4.600 millones y ha sido el único país en Latinoamérica que se le ha parado fuerte y firme al gobierno venezolano por la falta de tolerancia y democracia que tiene con sus ciudadanos. Sencillamente este es un país nuevo, un país distinto, un país que el próximo presidente va a tener que hacerlo muy bien, porque la ejecución presupuestaria que hemos tenido es histórica. Antes los presupuestos se hacían; no se cumplían. Ahora, los presupuestos que se hacen se cumplen.
-A propósito de próximo presidente, ¿cuáles cree que deben ser las próximas tareas del presidente en un primer año de mandato?
-Mira, a mí me da risa porque todos los candidatos dicen que van a continuar con lo que yo estoy haciendo. Todos lo dicen porque sencillamente, de alguna manera, algo tuvimos que haber hecho bien para reducir la pobreza de 38% a 29%, para que este país tenga un sitial especial o privilegiado en el mundo, un país que antes no estaba en el radar de muchas empresas. En 2009, había 23 multinacionales que tenían su sede principal en Panamá, ahora son más de 110, viniendo a un promedio de 2,3 empresas semanales, empresas grandes en muchos casos, como Procter & Gamble, Total, Phillips, Unilever y muchas otras...
-De acuerdo, pero ¿cuáles son los 2 ó 3 puntos que a usted le gustaría ver desarrollándose en una futura administración?
-Mire, Panamá tiene un gran potencial minero y aquí desafortunadamente, intereses políticos e intereses foráneos, no permitieron explicar cuáles serían las mejores beneficios que se pudieran tener de una minería responsable y que cuida el ambiente y la gran cantidad de recursos que ello podría generar. Ahora hay un proyecto minero muy grande de una empresa minera llamada First One Two y estoy seguro que una vez que el pueblo panameño vea los beneficios que pueda dar esta mina de cobre, estoy seguro que Panamá se convertirá en un país de tradición minera, como Chile.
-¿Se siente importante dentro del proceso de internacionalización de Panamá?
-Creo que sí. Yo y todos los panameños. Panamá ha visto la necesidad de abrir su economía, legalizar a los extranjeros que estaban ilegales en nuestro país, el permitir que vengan personas de otras latitudes a vivir, porque multinacionales han decidido poner su sede en Panamá o bien personas que han decidió venir a retirarse a Panamá. Yo creo que eso ha sido muy importante para ampliar la cultura, la visión que tiene Panamá del mundo, y como bien dije, los panameños somos los fenicios, los nuevos fenicios (tose ganador), del mundo moderno... por lo menos de América.
Canal de la discordia
-Respecto a los problemas enfrentados en el último tiempo para la construcción del Canal de Panamá, ¿quedó conforme con el arreglo con el consorcio a cargo?
-Mire, desafortunadamente hubo un retraso muy costoso, dicho sea de paso, que implicó casi un mes de paralización de labores, en que afortunadamente las empresas se pudieron poner de acuerdo y están esperando los respectivos arbitrajes. Las empresas alegan que hay un sobrecosto en ampliación del canal, debido a distintas razones que tendrá que decidirlas el tribunal arbitral y el canal lógicamente se somete a las decisiones del tribunal arbitral... pero cuando uno empieza un contrato, uno debe tener la capacidad financiera para poder resistir, soportar y continuar (remarca esta palabra) los trabajos, y yo creo que la paralización de los trabajos nos perjudicó a todos. Perjudicó al mundo en general por el retraso de estas empresas. Sin embargo, hay que decir que los trabajos ya se reanudaron y espero que continúen de manera adecuada y espero que el tribunal pueda dirimir y otorgar o no otorgar los reclamos que hay entre las partes.
-¿El proceso significó un impacto considerable dentro de la situación económica del país?
-No necesariamente. El problema es que las empresas constructoras del canal tenían problemas de pago con los subcontratistas, liquidaron los 9 mil y fracción de trabajadores que tenían, pero como esta es una economía que está en pleno empleo, eso ni siquiera se sintió, porque aquí lo que se necesita es mano de obra calificada. Esas personas involucradas en el proyecto fueron a trabajar automáticamente a otros lugares y también ahora han vuelto quizás ellos mismos u otros a reinsertarse para retomar la construcción del canal.
Arena política
-Hace poco se hizo un llamado en Panamá a evitar descalificaciones e insultos y trabajar en forma unida, ¿teme una polarización de la actividad política en Panamá?
-Debo decir que aquí se ha firmado un pacto ético para evitar precisamente eso que pareciera haber entre todos los actores, que finalmente es una gran hipocresía, porque por un lado está el pacto ético y por otro están permanentes campañas que hacen en las redes sociales y en medios de comunicación tratando de desacreditar, de alguna forma u otra, debilitar al resto de los candidatos o bien al gobierno. Este es el único país del mundo que en dos horas de noticieros en la tarde lleva un minuto de noticias buenas y la hora y 59 restante, críticas tras críticas, eso no puede ser.
-¿Una campaña contra su gobierno o un simple ejercicio de libertad de prensa?
-Hay de todo, recuérdese que en estos países como Panamá no hay deportistas famosos, no hay millonarios rimbombantes. Aquí lo que hay son políticos y los políticos son de todos los panameños, que se han politizado. Históricamente había dos partidos, ahora hay tres partidos. Antes, con dos partidos, usted tenía la alternancia, pero con tres partidos ya la gente no sabe a quién le tocará administrar... yo creo que sí hay una gran polarización producto de los intereses que hay en algunos medios de comunicación.
-¿Con una posibilidad concreta de que se vaya acentuando?
-No, yo creo que aquí lo que debe haber es amplia libertad y que todos los candidatos puedan expresar sus puntos de vista. Puede ser que en algunos casos –insisto, de algunos- por ciertos candidatos –por cierto algo normal, algo lógico- yo no lo veo, pero sí debiera haber una amplia oportunidad para todos los sectores.
Consecuencias personales
-¿Qué proyecta en su vida pos presidencia?
-Yo soy empresario, tengo a cargo a 10 mil trabajadores en forma directa, tengo que volver a aprender. Me encuentro un poco oxidado en mis negocios y debo reinsertarme y aprender, conocer.
-¿Y la actividad política?
-Yo sigo de presidente del partido más grande y ganemos o perdamos es irrelevante, porque va a ser de igual forma una fuerza muy importante. Obviamente espero ganar, pero independientemente de lo que suceda, sigo siendo presidente del partido más grande e involucrado de forma semi directa en la política.
-¿Considera una vuelta a la presidencia?
-Yo creo que existe un consenso entre muchos de los actores políticos para bajar de dos períodos constitucionales a uno. Yo, en lo personal, no creo que tenga ningún interés en estos instantes, en estos instantes –remarca-, de correr...
-Pero no es algo definitivo…
-No es algo definitivo, mira, yo trabajo para mis proveedores, para mi familia, para los panameños, pero ahora me toca a mí ver mis asuntos. He trabajado toda la vida, me levanto muy temprano, dificulto que haya alguien que le meta tanto tiempo a lo que algunos hacen como lo hago yo. Yo voy de lunes a domingo -pregúntale a cualquiera de la presidencia de la república-, yo no descanso y es quizás por eso que se hacen las cosas. Tengo mucho por hacer. En estos instantes no he pensado en regresar a un puesto púbico, y espero que las circunstancias no me fuercen a tener que regresar al gobierno.
-¿Lo de Venezuela no fue una presencia innecesaria de Panamá?
-No (contundente), porque ellos están apoyando a un candidato de oposición en Panamá, el candidato Juan Carlos Navarro; lo están apoyando de manera directa.
-¿Cómo puede respaldar eso?
-Él mismo ha dicho, y en varias ocasiones, que él espera ser el próximo presidente de Panamá de un candidato Torreísta, o sea, del partido de Omar Torrijos, que es el señor Navarro. Lo ha dicho el presidente Alan García y lo han dicho otras personas de que el gobierno venezolano ha, de cierta manera, apoyado o financiado a Navarro. Escuché a Alan García decirlo, a fuentes latinoamericanas decirlo y fuentes de inteligencia también.
-¿Usted se siente un dique para contener el avance de órbitas chavistas?
-Yo creo que en Panamá no hay problemas. Ninguno de los candidatos tiene una inclinación política como esa, pero sí puede tener un gran compromiso político si hay un gran financiamiento de parte de Venezuela. Yo creo que Venezuela debe ser más tolerante, debe soltar a sus dirigentes políticos presos si quiere que de verdad haya un diálogo. Venezuela tiene las reservas petroleras más grandes del mundo, pero es un país con un caos administrativo que impide que se le paguen las cuentas a los proveedores y se comenta mucho de la gran corrupción que hay, que a mí no me importa mucho esto, porque eso sí que sería meterme en los intereses, en camisas de once varas que no me interesan. Sí es cierto que hay en Panamá una enorme cantidad de venezolanos, el mejor promotor internacional que tiene Panamá después del presidente de la república es el presidente de Venezuela, por todas las cosas que hace en detrimento de la libre empresa y lo único que hace es que empresarios venezolanos deban emigran y uno de los principales puntos de emigración es Panamá.
-¿Cómo cataloga el papel de Brasil, que es señalado como un importante agente en las conversaciones en Venezuela?
-Cada país tiene su forma de ser, hay que respetarlo.
-¿Pero usted sí coincidiría con Leopoldo López, en lo del silencio cómplice en torno a Venezuela?
-Mire, es muy difícil no opinar después de ver lo que sucede en Venezuela. Yo creo que Panamá ha hecho lo correcto, debido y adecuado. Yo sé que eso me puede traer consecuencias personales en el futuro, pero creo que era mi deber moral y cuando algo está hecho de forma correcta, a uno no debe importarle las consecuencias.
-¿A qué apunta con consecuencias personales?
-Uno nunca sabe con estos señores, pero yo estoy listo para todo, como dicen.