Tras su triunfo para la alcaldía de Quito, el nuevo alcalde de la capital ecuatoriana busca una nueva forma de hacer política y que se aleje -a su juicio- del estilo de confrontación y división que ha caracterizado en los últimos años al gobierno de Rafael Correa.

Estilo formal y muy ejecutivo. Es lo que proyecta el nuevo alcalde de Quito, Mauricio Rodas -abogado de 39 años-. En presencia y discurso. Es amable, y a la vez firme y directo en admitir que “hay muchas expectativas” sobre su gestión, como grandes interrogantes acerca de su gobernabilidad, porque su elección -que Rodas califica como "el triunfo de la dignidad de Quito"- ha generado grandes resquemores en el oficialismo, partiendo por el propio presidente ecuatoriano, Rafael Correa, quien no ha dudado en afirmar que el triunfo de Rodas pone en riesgo la estabilidad de su gobierno, y por tanto, a la democracia ecuatoriana.

Así las cosas, se puede proyectar una relación que se presume tensa, y que ya tuvo un primer acercamiento: el 8 de marzo pasado, Rodas asistió a un almuerzo ofrecido por Correa para todos los nuevos prefectos elegidos en las elecciones del 23 de febrero. “Había mucha incertidumbre de si yo iba a ir, pero asistí... fue una recepción cálida y amable, y lo mismo, por supuesto, de mi parte”, recuerda el nuevo edil de la capital ecuatoriana, sin entrar en mayores detalles, diplomático en su mención.

-¿Qué espera de la relación del gobierno central con su administración?

-Lo que ya señalé en la campaña y lo sostengo: nosotros llegamos con la mejor voluntad para tener una coordinación de trabajo, no solo con el presidente, sino con las demás autoridades del gobierno nacional. Es lo lógico, porque me parece que es lo responsable y lo que permitirá poner en marcha un programa de beneficios para los ciudadanos.

-Es decir, no espera dificultades en su relación con el gobierno de Correa.

-Por supuesto, el beneficio fundamental es ayudar a la gente y en aras de aquéllo, mantener una relación de coordinación con las autoridades del gobierno central; eso es lo lógico, lo racional, por supuesto que a través de una relación que debe ser de mutuo respeto. Ahora bien, en un marco de coordinación para el beneficio de la gente, sí debo señalar que nosotros siempre estaremos listos para que a Quito se le dé lo que le corresponde.

-Usted impulsa un sistema de reforma al sistema de impuesto en Quito que ya genera una resistencia dentro del oficialismo, sector que sostiene que ese tipo de materias sólo le compete a la Asamblea (Congreso) ecuatoriana. En el marco de esa coordinación que usted menciona, ¿ese tipo de señales no lo distancia de la autoridad?

-Se dicen muchas cosas y espero que todo aquello haya sido fruto del calor electoral. Hubo cuestionamientos a nuestra propuesta de reducción de impuesto diciendo cosas como que no hay facultades para hacerlo, cuando eso no tiene ningún sentido... el municipio tiene la facultad para reformar impuestos de carácter municipal, no nacional, y nosotros nunca hemos pretendido ni señalado semejante cosa. Nuestra propuesta de reducción de impuestos apunta a la reducción del impuesto predial y las patentes, que son de tipo municipal y que requiere una modificación de ordenanza a través del consejo municipal, y es lo que ha ocurrido en otras ciudades del país recientemente. Es perfectamente posible de hacer, está dentro del ámbito de competencia del municipio y lo buscamos porque es conveniente para las finanzas de la ciudad y la calidad de vida de los quiteños.

-¿Cómo describiría su campaña para llegar a la alcaldía de Quito?

-Nosotros debimos enfrentar una maquinaria inmensa de poder que se puso en marcha en nuestra contra y que tuvo una participación permanente del presidente y de todos los ministros de Estado en campaña para atacarnos y con participación de medios de comunicación públicos que se convirtieron en órganos de propaganda oficialista, con una campaña multimillonaria y frente a todo aquello, triunfó la dignidad de los quiteños, la fe, la esperanza, los sueños por vivir mejor; se ha formado una gran expectativa. No será fácil, pero lo haremos.

-¿Cómo?

-Nosotros buscamos una manera distinta de hacer política; nosotros siempre hemos cuestionado el estilo de permanente confrontación y división que ha caracterizado al gobierno en los últimos siete años y no queremos actuar en la misma forma en que criticamos. Si bien mi presencia en esa invitación del presidente causó polémica entre los sectores más anti correístas, yo lo hice fiel a mi principio: si hemos cuestionado una actitud de permanente confrontación, cómo haríamos en hacer lo mismo que criticamos. Nosotros representamos una alternativa que promueve el diálogo y construcción de acuerdos con todos los actores políticos; creo que es perfectamente factible dialogar con todas las autoridades a nivel nacional, local y tratar de construir acuerdos que beneficien a los ciudadanos, sin que ello implique cambiar valores o formas de pensar. En esa línea, visité al alcalde de Cuenca, Marcelo cabrera, y al alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot. Se sabe que Nebot está en oposición al gobierno, Cabrera pertenece a una tendencia diferente, y demostramos que así como concurrimos a una invitación del presidente Correa, podemos encontrarnos con alcaldes de distintas tendencias políticas. Y en el caso de los gobiernos locales, nos parece fundamental recuperar los nexos de cooperación y coordinación que lamentablemente se habían perdido.

-Se le señala como un futuro aspirante a la presidencia ecuatoriana, ¿la busca?

-Mi propósito siempre ha sido servir a la ciudadanía y, por el momento, estoy plenamente enfocado en cumplir nuestros objetivos de ciudad, con todas y cada una de las propuestas que ayuden a mejorar la calidad de vida de los quiteños. No me voy a distraer por el momento... y el futuro, bueno, ya se verá qué viene después, pero ahora estoy enfocado en ésto, que es un reto enorme, las expectativas son muy grandes.

-Gran polémica ha generado en Ecuador el ítem de la reelección presidencial indefinida, como también el aparente menoscabo de las libertades de expresión por parte del gobierno ecuatoriano, según organismos internacionales. ¿Qué opinión tiene al respecto?

-Soy un demócrata convencido y para mí el ejercicio del poder es un principio básico de la democracia, y por tanto, nunca estaré a favor de la reelección indefinida. Ese es un tema que nunca voy a cambiar, lo cual, sin embargo, no me impide dialogar con el presidente y otras autoridades nacionales. Más si se trata de la reelección indefinida, un tema muy sensible para la democracia ecuatoriana y que no puede ser discutido en función de una coyuntura electoral, sino pensando en qué es lo mejor para consolidar nuestro régimen democrático.

De igual forma, he sostenido desde hace tiempo mis opiniones sobre las libertades de expresión y no las cambiaré. Estoy preocupado por múltiples hechos que han ocurrido en Ecuador en esa materia, y son hechos que inquietan a quienes defendemos la libertad de expresión, de información y de DD.HH. Nosotros esperamos que el gobierno ecuatoriano se apegue a lo que dice la constitución y los tratados internacionales suscritos por Ecuador. Nos preocupa el eventual alejamiento del sistema interamericano de DD.HH. y eso para nosotros sería muy grave.

SEGURIDAD, TRANSPORTE Y FIN DEL AISLAMIENTO

Rodas está en un proceso de acoplamiento a la alcaldía. “Estamos recibiendo información  en detalle de diversos ámbitos de gestión. Es un proceso complejo, pero que hemos desarrollado ventajosamente con el apoyo de la administración saliente, aunque también se requiere el apoyo de los funcionarios municipales. No es un proceso exento de dificultades”, destaca.

-¿Se encontró con resistencias a su llegada?

-Si bien hay voluntad por parte del alcalde saliente, y eso lo reconozco, a nivel de mandos medios ha habido alguna dificultad con algunos de ellos. Esperamos ir solucionando el tema en las próximas semanas.

Otro gran desafío para Rodas es conformar un equipo de trabajo que apunte a un modelo multidisciplinario, “con los mejores e independiente de si son o no cercanos a nuestro proyecto político, integrando funcionarios de primer nivel, tanto del sector público como privado. Hay algunos que por primera vez están en el sector público, pero lo balanceamos con gente de vasta experiencia en dicho sector”.

Aclara que trabajará con “un equipo eminentemente técnico, no de militancia política, ya que considero que el municipio de Quito debe ser conducido por un plan de gestión eficiente, acompañado de criterios técnicos, aunque con altos niveles de sensibilidad social. Creo que debemos diferenciarnos de lo ocurrido en otras administraciones”.

Respecto de los desafíos de su nuevo equipo, Rodas detalla que los principales problemas de la ciudad tienen que ver con movilidad y seguridad, así es que probablemente esos son dos ejes que van a recibir una atención prioritaria en los primeros dos años de su gestión. “En materia de movilidad podría definirlo en dos grandes aristas: la primera tiene que ver con transporte público. Los quiteños se movilizan en un transporte público que en muchos casos ha colapsado, por eso se requiere mejorarlo significativamente para transformarlo en uno integrado, que incorpore diversos factores: por ejemplo, repotenciando el BNT, transporte público por canal exclusivo, sistema de trolebús, ecovía y buscar ampliar sus rutas e incorporar nuevas unidades y más comodas. Metrocables, para conectar los barrios más altos de la ciudad; vamos a impulsar el metro, iniciando la obra principal que es desarrollar el túnel. Es un proyecto que actualmente se encuentra en licitación, la que nosotros vamos a agilizar, garantizando, por supuesto -remarca-, la viabilidad financiera.

“Si bien será una solución de transporte público, de ninguna manera podemos permitir que se afecte el futuro financiero de la ciudad con una carga excesiva de deuda a los quiteños, así es que son temas que tenemos que balancear. Con el sistema público que pretendemos impulsar que integre el Metro, los sistemas existentes actualmente repotenciados y los metrocables podremos desarrollar un sistema integral que conecte de manera ágil y cómoda todos los puntos de la ciudad”.

-¿Y la segunda arista?

-La otra gran arista tiene que ver con el tráfico de la ciudad. Es caótico y se ha empeorado mucho en los últimos años. Se necesita una reingeniería vial. Quito es larga, pero poco ancha y genera condiciones particulares en materia de tráfico porque hoy existen ejes de circulación rápida norte-sur, sin este-oeste, por lo tanto, vamos a construir ejes transversales de circulación rápida que se sumen a los longitudinales ya existentes y eso permitirá descongestionar el tráfico junto con sistemas de intercambiadores de túneles, construcción de estacionamientos y mejorar el sistema de coordinación de semáforos, entre otras cosas.

En cuanto a la seguridad, que es un problema que sufren todos los quiteños, si bien la gestión compete al gobierno central, el municipio puede hacer mucho por contribuir en esa lucha, como rescatar espacios públicos que hoy son nichos de delincuencia, como plazas o calles abandonadas; hay que fortalecer el sistema de alumbrado público y apuntamos a convertirlos nuevamente en espacios de convivencia ciudadana para sí ganarle espacios a la delincuencia.

Buscamos trabajar en el combate al delito desde la raíz, generando oportunidades para que nuestros jóvenes no incurran en la delincuencia. El programa Empleo Joven, que va a consistir en un conjunto de estímulos tributarios para motivar a las empresas a contratar jóvenes aún sin experiencia: cuando un joven busca trabajo y no lo contratan por no contar con experiencia, ¿cómo la va a ganar? Por tanto, los estímulos buscan romper ese círculo vicioso y crear oportunidades para que los jóvenes estén alejados de la delincuencia.

Queremos fortalecer la cooperación con la policía nacional, con una aproximación de las policías de barrios o comunitarias. Vamos a crear un programa llamado Ángel Guardián que es un sistema de botón de auxilio inmediato desde un teléfono fijo o celular que los ciudadanos puedan utilizar de manera gratuita desde cualquier punto de la ciudad, para que los ciudadanos puedan activar el rescate de la policía, de una ambulancia o a través de familiares o amigos en la activación de GPS o botones de pánico.

MEDELLÍN, CURITIBA, RÍO...

Roda demuestra su pasión al hablar y describir sus planes. “Estos son los dos puntos fundamentales, pero también hay un tercero que quiero tocar y es el relacionado a la competitividad. Diría que la administración saliente descuidó el entorno competitivo de la ciudad y mientras el desempleo urbano en Ecuador se redujo, en Quito aumentó; mientras la pobreza urbana en Ecuador se redujo, en Quito aumentó. Esto habla de que la ciudad no está generando las condiciones adecuadas en un plano económico y social. Hay que entender que se requiere un sistema de seguridad jurídica y lo vamos a establecer con reglas estables de juego. Segundo, vamos a impulsar un sistema de reducción de impuestos... Quito paga hoy en algunos casos, por ejemplo, hasta seis veces más impuestos que Guayaquil o Cuenca”, detalla.

-¿Alguna ciudad que le llame la atención de América Latina como un espejo de desarrollo para Quito?

-Por supuesto, Medellín es un caso de éxito que nosotros queremos replicar en transporte, en innovación, especialmente en materias de competitividad, así es que vamos a mirar de cerca esa realidad. Vamos a mirar los metrocables.

También Curitiba siempre será un ejemplo, particularmente en lo que tiene que ver con planificación urbana. Hace pocas semanas me reuní con el alcalde de Curitiba, en esa ciudad, y nos interesa impulsar herramientas de planificación urbana que permitan una senda que oriente el desarrollo de la ciudad, más allá de una administración. Río de Janeiro ha sido exitoso en la aplicación de políticas sociales, políticas de familia, esquema de centros de desarrollo infantil. Santiago de Chile también nos llama la atención con la planificación territorial y el uso de suelos. No se trata de inventar la rueda, sino de analizar casos exitosos y replicarlos en la medida en que sean replicables a la realidad de Quito.