Líderes del partido presentarán un programa para "recuperar la confianza y además brindar más predictibilidad y certidumbre legal a la comunidad de negocios de la nación", agregó el diario.
El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el mayor del país, se prepara para abandonar la administración de la presidenta Dilma Rousseff después de los desacuerdos sobre el manejo de una crisis política en curso, dijo este viernes el diario Valor Econômico.
El periódico, que no dijo cómo obtuvo la información, agregó que el partido conocido como PMDB daría un primer paso en esa dirección cuando el vicepresidente Michel Temer entregue sus tareas como principal enlace político de Rousseff con el Congreso para fines de agosto.
La separación formal de Rousseff debería tener lugar el 15 de noviembre, cuando el PMDB celebra su congreso nacional, dijo Valor.
Líderes del partido presentarán un programa para "recuperar la confianza y además brindar más predictibilidad y certidumbre legal a la comunidad de negocios de la nación", agregó el diario.
Las oficinas de prensa del palacio presidencial y del PMDB no tenían comentarios inmediatos sobre el reporte mientras que un agente de prensa de Temer no pudo ser contactado para que comentara.
De acuerdo con Valor, una salida de la administración de Rousseff permitiría al PMDB presentar candidatos para las elecciones municipales del próximo año con relativa facilidad y libertad de la alianza con el gobernante Partido de los Trabajadores de la mandataria.
Las especulaciones acerca de la posible salida de Temer de su puesto como principal coordinador político de la presidenta crecieron esta semana.
Un asesor de la conducción del PMDB, que habló con Reuters bajo condición de anonimato, dijo que el movimiento estaba siendo discutido dentro del partido mientras se prepara para designar a su propio candidato presidencial en 2018, pero que eso no significaba que el PMDB abandonaría el gobierno ahora.
Eso, sostuvo, implicaría la renuncia de Temer como vicepresidente.
La decisión tiene lugar en momentos en que los sondeos de opinión muestran que dos de cada tres brasileños quieren la impugnación de Rousseff después de que se contrajera la mayor economía latinoamericana y un masivo escándalo de corrupción estallara en varias compañías controladas por el estado durante su presidencia.
En meses recientes Temer encabezó los esfuerzos gubernamentales para sacar a Brasil de la crisis política, defendiendo a Rousseff ante la comunidad de negocios y entre políticos de la coalición de gobierno y de la oposición.