La UDI pidió al ministro de Hacienda aclarar las dudas sobre la ley de reconstrucción, que será enviada la próxima semana al Congreso. El partido reconoció contactos, pero negó presiones.
Santiago. El mayor partido oficialista de Chile, la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI), se podría transformar en el principal escollo del presidente chileno, Sebastián Piñera, para con trabar la reforma tributaria con la que busca financiar la reconstrucción del país.
Según publica este viernes el diario La Tercera, los parlamentarios de la UDI han planteado objeciones al ministro chileno de Hacienda, Felipe Larraín, a la llamada ley de reconstrucción y que será enviada la próxima semana al Congreso.
El plan de Piñera, que alcanzará US$8.431 millones en los próximos cuatro años, contempla una serie de medidas, entre las que se encuentran aumentos de tributos para las mineras y grandes empresas, la emisión de bonos por US$1.500 millones, y la venta de activos.
Con un tercio de la Cámara de Diputados (con 40 escaños sobre 120) y cerca de un cuarto del Senado (con 8 cupos sobre 38), la UDI es el mayor partido de Chile y uno de los principales soportes políticos de Piñera, junto a Renovación Nacional, de donde proviene el gobernante.
Y aunque la coalición de centroizquierda Concertación, que dirigió el país entre 1990 y 2010 y que tiene mayoría en el Senado, comprometió su apoyo a las reformas, en el gobierno de Piñera considera que un eventual rechazo de la UDI empañaría la aprobación de su plan.
En particular, el partido rechaza las limitaciones a los beneficios tributarios a la compra de viviendas, a los depósitos convenidos y el alza de contribuciones los bienes raíces de mayor avalúo fiscal, que forman parte del plan de financiamiento.
De acuerdo a La Tercera, un grupo de diputados también pidió a Piñera excluir del alza de tributos los adultos mayores y a personas que se encuentren en situación vulnerable del alza de contribuciones.
La senadora Evelyn Matthei, que encabeza la comisión de Hacienda, reconoció los contactos con el ministro de Hacienda para aclarar aspectos del proyecto, pero negó que se trate de presiones para impulsar modificaciones.
"La reunión fue para clarificar qué era lo que se estaba haciendo y cuáles eran sus alcances, pero no hubo nunca ninguna amenaza que íbamos a votar en contra y nunca tampoco ninguna exigencia de que se cambiara todo", dijo la senadora a la edición electrónica del diario.