Familiares de las víctimas de la matanza del 31 de enero, así como la madre de uno de los supuestos implicados en el crimen, también pidieron la salida del ejército de Ciudad Juárez.
México DF. Cientos de manifestantes protestaron este sábado en la norteña Ciudad Juárez, duramente golpeada por la violencia del narcotráfico en México, contra las políticas del gobierno del presidente Felipe Calderón tras la reciente masacre de un grupo de jóvenes.
Familiares de algunos de los 13 jóvenes y dos adultos asesinados el 31 de enero, así como la madre de uno de los supuestos implicados en el crimen, encabezaron una marcha para pedir también la salida del ejército de la ciudad, parte de la política gubernamental contra el narcotráfico.
Luz Dávila, quien perdió a dos de sus hijos en la matanza, exigió durante la marcha "¡que se vaya el presidente!" y pedía además la renuncia del gobernador del norteño estado de Chihuahua, fronterizo con Estados Unidos, y del alcalde de la ciudad.
Dávila confrontó la semana pasada a Calderón durante un evento público en la ciudad, diciéndole que no era bienvenido.
La policía dijo que la matanza fue provocada por sicarios de la droga que buscaban a rivales, pero las familias de las víctimas han negado que los jóvenes estuvieran vinculados con el narcotráfico.
Durante la marcha, en la que la mayoría de los manifestantes vestían de negro, un hombre con una máscara del presidente Calderón, vestido de militar y manchado de sangre hacía gestos de disparar contra la multitud sobre un auto.
La multitud le gritaba "¡Asesino, asesino!".
Calderón ha desplegado decenas de miles de soldados y policías federales en varios de los estados más golpeados por la violencia del narco del país, en un esfuerzo por controlar los asesinatos y limitar el tráfico de estupefacientes hacia Estados Unidos.
Desde que el mandatario subió al poder en diciembre del 2006, unas 18,000 personas han muerto en México en hechos relacionados con el narcotráfico.
Unas 4.300 personas han sido asesinadas sólo en Ciudad Juárez -del lado mexicano de la frontera con El Paso, Texas- desde la llegada del ejército mexicano hace unos dos años, y la ciudad es considerada como una de las más violentas del mundo.
"Queremos una ciudad segura y con mucho trabajo, no devastada y a punto de desaparecer", dijo Patricia Dávila, hermana de Luz Dávila.
La marcha se dirigió hacia el puente internacional Paso del Norte, que conecta a la ciudad con El Paso, cerca del cual un grupo de jóvenes se tendió en el suelo mientras otros vestidos de soldados y policías simulaban dispararles con rifles de cartón.
Muchos en México están molestos con la estrategia de Calderón, quien ha descartado un retiro pronto del ejército de Ciudad Juárez -pese a denuncias de violaciones a los derechos humanos- hasta que no se recompongan las policías locales, acusadas de corrupción y de vínculos con los traficantes.