Esto pondría en línea a México con otros países en donde también se producen drogas, como Afganistán, Colombia y Perú, que han estado muy involucrados con las Naciones Unidas en tareas de erradicación.
Ciudad de México. Por primera vez en al menos una década, el Ejército mexicano permitió que Estados Unidos y la ONU fueran observadores en el proceso de erradicación de sembradíos de amapola, un paso para profundizar la cooperación con el fin de combatir a traficantes de heroína, dijeron a Reuters tres fuentes en México.
Esto pondría en línea a México con otros países en donde también se producen drogas, como Afganistán, Colombia y Perú, que han estado muy involucrados con las Naciones Unidas en tareas de erradicación.
Los militares esperan obtener mayor crédito en casa y en el extranjero por su trabajo, así como despejar dudas en Washington sobre la calidad de sus datos y el éxito de sus programas para la erradicación, dijeron los funcionarios.
La semana pasada, el Ejército llevó a militares de Estados Unidos, a funcionarios de la embajada de ese país y de las Naciones Unidas y al corazón de la producción de heroína en México para ser testigos de la destrucción de campos de amapola, de acuerdo con dos fuentes al tanto de la operación.
El viaje de observación se llevó a cabo en el denominado Triángulo Dorado, una zona clave para la siembra y trasiego de drogas controlada por el cártel de Sinaloa, que dirigía el extraditado capo Joaquín "El Chapo" Guzmán.
De acuerdo con uno de los funcionarios que habló en condición de anonimato alegando la sensibilidad del tema, estas acciones marcaron el regreso de las acciones realizadas por primera vez en 2007.
Otros dos funcionarios explicaron que a mediados del año, el Ejército estudia adoptar un sistema de hardware y software desarrollado por la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (ONUDI), que les permitiría a los soldados enviar datos sobre plantaciones destruidas en tiempo real.
El despliegue del Ejército coincide con las conversaciones bilaterales de alto nivel entre México y la administración del presidente Donald Trump sobre cómo frenar el flujo de la heroína hacia Estados Unidos, así como de armas y dinero desde el sur de este país hacia México.
Los esfuerzos de EE.UU. por mejorar las relaciones con el Ejército mexicano y apoyarlo en la erradicación de cultivos datan del año pasado, cuando el jefe de las operaciones antinarcóticos del Departamento de Estado, William Brownfield, le dijo al Congreso que la prioridad era destruir los campos de amapola, la materia prima usada para fabricar heroína.
Dos de las fuentes dijeron que el Ejército preparó el viaje para ganar mayor credibilidad con el Gobierno estadounidense sobre el avance de México en sus esfuerzos de erradicación.
Sobrevolando el triángulo dorado. La visita al Triángulo Dorado coincidió con el anuncio de Trump de implementar una fuerza especial de trabajo para hacerle frente a la epidemia de la heroína, una droga cuyo consumo se quintuplicó en la última década en Estados Unidos.
Una fuente del Ejército dijo a Reuters que esta droga "nuevamente vuelve a ser moda en el país".
El Ejército llevó a los militares de Estados Unidos en un viaje en helicóptero por media docena de sitios entre Sinaloa y Chihuahua, dos de los tres estados que junto a Durango forman el Triángulo Dorado, donde se produce la mayoría del opio, dijo una de las fuentes.
Adam Isacson, un experto en fuerzas armadas de México de la Oficina de Washington sobre América Latina, dijo que Estados Unidos ha tratado por más de dos décadas ganarse la confianza de los generales mexicanos e interpretó la nueva apertura como un paso hacia una colaboración más cercana.
"Se trata de un gran desarrollo", dijo. "¿Irá ahora Estados Unidos a financiar una aceleración en las operaciones de erradicación?".
La embajada de Estados Unidos en México declinó hacer comentarios sobre este tema, al igual que el Ejército y la Secretaría de Relaciones Exteriores del país.
En una respuesta por escrito, la ONUDI dijo que estaba deseosa de fortalecer la cooperación con México, pero no hizo comentarios a acerca de conversaciones con México o del viaje.
La desconfianza del Ejército mexicano hacia Estados Unidos se remonta a generaciones, debido al profundo nacionalismo de la institución.
A pesar de que el Ejército ha trabajado de cerca con agentes estadounidenses para capturar o abatir a los capos de la droga, y de que las Naciones Unidas han provisto millones de dólares en equipos y entrenamiento para la policía en México, hasta ahora la institución se ha resistido a una colaboración más cercana.
Erradicaciones. Roberta Jacobson, la embajadora de Estados Unidos en México, es considerada una pieza clave para fomentar las conversaciones con el Ejército desde el año pasado, según las fuentes.
Los cultivos de amapola se han más que duplicado en México desde 2013 hasta alrededor de 28.000 hectáreas en 2015, de acuerdo con estimaciones de Estados Unidos. Esto es suficiente para producir cerca de 70 toneladas de heroína, comparado con estimaciones sobre la demanda estadounidense en años recientes, que oscilan entre 24 y 50 toneladas.
El Ejército destruyó 25.960 hectáreas de sembradíos en 2015, más de 77% desde 14.662 hectáreas en 2013, según sus propias estadísticas.
Esto sugiere que México destruyó la mayoría de los cultivos en 2015. Pero las estimaciones de los cultivos mexicanos están basadas en imágenes satelitales, a diferencia de los programas de las Naciones Unidas basados en censos, que pueden mapear confidencialmente cultivos y datos sobre erradicación.
México se asoció con la ONUDI en 2013 y emitió su primer reporte sobre cultivos el año pasado, alrededor de una década después de que las ONU comenzó a trabajar con Colombia, Perú y Bolivia.