"Es indispensable que EE.UU. y demás países consumidores adopten medidas drásticas y eficaces para rastrear y cortar el flujo de dinero producto de actividades ilícitas hacia las organizaciones criminales", sostuvo el gobierno mexicano.
Merida, México. México, Colombia y países de Centroamérica demandaron este lunes a Estados Unidos medidas efectivas para frenar el tráfico de armas y el flujo de dinero que reciben organizaciones criminales como producto del trasiego de drogas.
En la XIII Cumbre del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla, el presidente de México, Felipe Calderón, así como los mandatarios o delegados de Costa Rica, Colombia, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana plantearon la urgencia de que Estados Unidos y otros países consumidores de drogas actúen contra el crimen organizado.
"Es indispensable que los Estados Unidos de América y demás países consumidores adopten medidas drásticas y eficaces para rastrear y cortar el flujo de dinero producto de actividades ilícitas hacia las organizaciones criminales", dijo el secretario de Gobernación de México, Alejandro Poiré, durante la lectura de la declaración final de la reunión.
En los últimos años, los cárteles de la droga mexicanos han fortalecido sus operaciones en Centroamérica, ante la campaña militar contra el crimen organizado lanzada por el presidente Felipe Calderón cinco años atrás.
Especialmente Guatemala, Honduras y El Salvador, de los países más pobres de América, se han visto invadidos por los cárteles mexicanos, que han elevado las tasas de homicidios en países de por sí asolados por la violencia de las pandillas juveniles.
El manifiesto final de la cumbre también reclama a Estados Unidos y a otros países productores y vendedores de armas establecer "medidas efectivas para registrar, regular e impedir el trasiego de armas de asalto y otras armas de alta peligrosidad a los grupos criminales de los países de la región".
La lucha frontal contra los cárteles en México ha dejado una cifra récord de capos muertos o capturados, y toneladas de droga y dinero incautados, pero no ha logrado frenar la violencia que ha dejado más de 45.000 muertos desde que Calderón asumió la presidencia a fines del 2006.