El PRI ha tratado de construirse una imagen fresca, colgando sus esperanzas en la imagen jovial de Enrique Peña Nieto, que junto a su esposa, una famosa actriz de telenovelas, han sacado brillo al partido político más antiguo del país.
Guadalajara, México. Mientras demócratas, dictadores y revolucionarios iban y venían a lo largo de Latinoamérica, y en Europa el fascismo y el comunismo brillaban y morían, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México se mantuvo en el poder 71 años.
Surgido de la revolución de 1910 contra el régimen de Porfirio Díaz, el PRI nacionalizó la industria petrolera y dio tierras a campesinos en las primeras décadas del siglo XX. Muchos años después se inclinó a la derecha y privatizó gran parte de la economía e impuso reformas de libre mercado y ambiciosos tratados de libre comercio.
Carga con un historial de arreglar elecciones, y cuando fue derrotado en las urnas en el 2000 era ampliamente considerado como un partido corrupto y antidemocrático.
Sin embargo, sólo 12 años después y pese a las dudas que genera su historial, el PRI está en camino de recuperar la presidencia, prometiendo inyectar nuevo ímpetu a la aletargada economía y restablecer el orden en regiones asoladas por la violencia de los cárteles de la droga.
Los choques entre los cárteles, y de éstos con las fuerzas de seguridad, han dejado más de 55.000 muertos desde que el presidente Felipe Calderón asumió el cargo en diciembre del 2006, además de miles de desaparecidos y personas huyendo de sus hogares por los enfrentamientos.
La violencia y un entorno internacional desfavorable han contribuido a un limitado crecimiento económico en México, de un promedio del 2% anual con los gobiernos que sucedieron al PRI, los del conservador Partido Acción Nacional (PAN), muy por debajo de Brasil, la mayor economía de Latinoamérica.
Hastiados por las matanzas y la economía, muchos votantes están volteando su mirada al PRI, que tiene amplia ventaja en las encuestas rumbo a las elecciones del 1 de julio.
"Yo no quiero nada más que ver con el PAN", dijo María Fernanda Luna, de 42 años, una partidaria de toda la vida del partido del actual gobierno y que cambió de preferencia para apoyar al PRI, ante el caos que invade a su ciudad natal Guadalajara, la segunda mayor del país.
El PRI ha tratado de construirse una imagen fresca, colgando sus esperanzas en la imagen jovial de Enrique Peña Nieto, que junto a su esposa, una famosa actriz de telenovelas, han sacado brillo al partido político más antiguo del país.
"Veo una sociedad demandando un cambio, y lo que yo vengo postulando es que el PRI sea el partido que sea esa opción de cambio", dijo Peña Nieto a Reuters en abril.
"Somos muy descalificados por muchas cosas, pero reconocidos por la experiencia en el gobierno", explicó.
Su triunfo sería el dramático regreso para un partido que parecía ir en declive al terminar en un lejano tercer lugar en los comicios del 2006, con la peor votación de su historia.
No obstante, a nivel estatal el PRI se mantuvo como una fuerza dominante tras la derrota presidencial, lo que le dio la plataforma para construir su regreso.
Promotor de políticas fiscales conservadoras y del libre mercado, Peña Nieto respalda reformas similares a las buscadas por Calderón, quien no puede contender nuevamente porque la ley mexicana prohíbe la reelección.
Pero un Congreso dividido desde el 2006 ha estancado los intentos por modernizar la economía, que no ha podido crear empleos suficientes para cubrir el crecimiento de la población.
El electorado se reparte entre el PRI, el PAN y el izquierdista PRD, reacio a las reformas, por lo que Peña Nieto podría enfrentar un escenario complicado a nivel legislativo.
Carteles vivos. Calderón apostó su reputación en acabar con los cárteles de la droga, y aunque ha logrado abatir o capturar a varios capos importantes, el flujo de drogas hacia el mercado estadounidense sigue y los cárteles además se dedican a secuestros y extorsiones que tienen aterrorizados a pueblos enteros.
Para Luna, el colmo llegó en el 2009, cuando un día llevó a su hijo de 2 años a visitar a sus abuelos y al llegar fueron secuestrados por hombres armados que estaba saqueando la casa. Atada junto a su hijo y a su madre, los sujetos golpeaban a su padre mientras buscaban objetos de valor en las habitaciones.
Una vez que los hombres se marcharon, ella logró liberarse usando un encendedor para cortar los amarres.
"Y eso fue mínimo en comparación con otras cosas que están pasando aquí", dijo recordando cómo la esposa e hija de un amigo fueron secuestradas recientemente.
"Pagaron dos veces el rescate pero nunca devolvieron a la esposa o su hija (...) eso no pasaba antes de la llegada del PAN", dijo.
Guadalajara, capital del estado de Jalisco y foco industrial, es la principal región productora de tequila y la entidad más poblada. Está bajo un gobierno estatal del PAN.
La victoria en Jalisco en 1995 fue un gran avance para el PAN en su camino para ganar la presidencia, pero con la elección estatal también en puerta el 1 de julio, sus días en el poder parecen estar contados.
La frustración por los asesinatos y secuestros producto de las disputas territoriales entre el poderoso cártel de Sinaloa y sus rivales Los Zetas pusieron al PRI al frente en los comicios para recuperar también Jalisco.
En 2006 hubo 46 muertes causadas por la violencia del crimen organizado, según un conteo del periódico Reforma, mientras que en el 2011 el saldo llegó a 776, cifra 17 veces mayor. Y como Luna, muchas víctimas de delitos no denuncian por miedo a que la policía esté involucrada con los delincuentes.
¿PRI renovado? Las encuestas colocan a Peña Nieto con más de 10 puntos de ventaja sobre su rival izquierdista Andrés Manuel López Obrador y en tercer lugar se ubica la candidata panista Josefina Vázquez Mota, aunque en algunas aparece empatada en el segundo puesto.
Los rivales de Peña suelen recordar a los electores la historia negra del PRI, como la persecución de opositores, casos de corrupción que han salpicado incluso a gobernadores que hace poco dejaron sus cargos, y los presuntos vínculos del partido con el narco.
Un constante flujo de revelaciones negativas sobre el PRI en los medios ha mantenido esas acusaciones frescas, y aumentado la presión sobre Peña para que cumpla su promesa de un nuevo comienzo si gana.
El político de 45 años ha enfrentado en varias ocasiones cuestionamientos sobre reportes en torno a las investigaciones por presuntos lazos con el narcotráfico de los ex gobernadores de Tamaulipas Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, y de Fidel Herrera del estado de Veracruz.
Según el PAN, esto es evidencia de que el PRI permitió a los cárteles florecer en los estados que gobierna, atizando la violencia en México.
Aristóteles Sandoval, candidato del PRI a la gubernatura de Jalisco, dijo a Reuters que el partido ha aprendido del pasado, y que hoy no debe ser confundido con el viejo "régimen".
La primera lección: "jamás repetir episodios de la historia que han dividido o que han conflictuado a nuestra nación", dijo Sandoval, ex alcalde de Guadalajara de 38 años y favorito a ganar la gubernatura de Jalisco.
Como ejemplos, recordó la sangrienta represión contra las protestas estudiantiles en 1968 y 1971, los abusos por parte de varios gobernadores del PRI y los escándalos que marcaron la presidencia de José López Portillo entre 1976 y 1982.
"Ese PRI que tuvo esos errores es el que no se debe repetir. Hoy es un PRI moderno, es un PRI abierto, es un PRI con otra filosofía, con otra visión", sostuvo.
Tiempos de cambio. Pero un movimiento estudiantil que surgió en mayo y golpeó la campaña de Peña no está nada convencido de que el PRI haya cambiado, y muchos anticipan una época de agitación política si el partido regresa al poder.
"Si gana el PRI va a haber otra revolución mexicana", dijo Carlos Figueroa, de 26 años y simpatizante del movimiento llamado "Yosoy132" en Guadalajara.
Viejos opositores al PRI, como Jesús Ortega, un ex dirigente nacional del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), comparó un eventual regreso del PRI con un regreso del comunismo a Europa del Este.
"¿Ve usted que en América Latina un viejo régimen autoritario o dictatorial haya regresado después del proceso de transición? Ni las dictaduras militares ni los regímenes autoritarios. Ninguno ha regresado", dijo Ortega a Reuters.
A decir verdad, el PRI nunca se fue.
En el punto más bajo de su infortunio, no mucho antes de que Calderón ganara la elección, el partido aún gobernaba la mitad de los estados del país. Actualmente gobierna 20 de 31, y en 10 de ellos jamás ha perdido una elección.
Muchos electores no se ven muy preocupados ante un eventual regreso del PRI.
Una encuesta de la firma BGC de mayo arrojó que el 43% de los electores ve una victoria del PRI como un paso adelante, mientras que un 30% percibe lo contrario.
"Conocemos al PRI", dijo José Luis Esparza, un vendedor ambulante de 38 años de Guadalajara. "No conocíamos al PAN, les dimos la oportunidad, y terminó con un error tras otro. Lo que tiene el PRI es experiencia en el poder", aseveró.