Una comisión que revisa los estatutos del PRI votó el miércoles para hacer el cambio, reportaron diarios mexicanos, pero la medida aún debe ser aprobada por un grupo más amplio el sábado, según una fuente cercana a Claudia Ruiz Massieu, secretaria general del PRI.
El gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México abrió este miércoles la puerta para que personas no afiliadas como el actual secretario de Hacienda, José Antonio Meade, puedan postular a la presidencia por el PRI en las elecciones del próximo año.
Una comisión que revisa los estatutos del PRI votó el miércoles para hacer el cambio, reportaron diarios mexicanos, pero la medida aún debe ser aprobada por un grupo más amplio el sábado, según una fuente cercana a Claudia Ruiz Massieu, secretaria general del PRI.
La apertura a no militantes es considerada clave para determinar si Meade puede postularse por el PRI en los comicios del 2018, donde el izquierdista Andrés Manuel López Obrador es visto como favorito, de acuerdo a un sondeo reciente.
El PRI, que gobernó por siete décadas consecutivas hasta que perdió el poder en el 2000, realizará el miércoles y jueves mesas temáticas a nivel nacional para discutir cambios en sus documentos básicos de cara al 2018. El sábado 12 celebrará una asamblea nacional.
Meade, quien también ha sido mencionado por columnistas y expertos como un posible reemplazo del gobernador del banco central, también fue secretario durante el gobierno anterior del opositor Partido Acción Nacional (PAN), que arrebató el poder al PRI en el 2000 y gobernó hasta el 2012.
Los miembros del PRI exigen la discusión de mecanismos que incorporen la participación tanto de militantes como de simpatizantes, comentó el miércoles Enrique Ochoa, presidente del partido, en una entrevista.
"Un partido moderno debe establecer mecanismos abiertos y flexibles para la participación de la ciudadanía, tanto aquellos que han decidido ser militantes de nuestro partido político, como aquellos que simpatizan con él", declaró.
El partido oficialista busca relanzarse en momentos en que su popularidad ha sido golpeada por casos de corrupción, una violencia rampante del crimen organizado y el débil comportamiento de una economía que no ha logrado despegar pese a la aprobación de una serie de reformas.
