Con celebraciones nunca antes vistas, México está aprovechando el bicentenario de la lucha por la Independencia para tratar de levantar el ánimo de la población, abatida por una creciente ola de violencia y falta de empleo.
México DF. Con una celebración nunca antes vista, México está aprovechando el bicentenario de la lucha por la Independencia para tratar de levantar el ánimo de la población, abatido por una creciente ola de violencia y falta de empleo.
Desde las semanas previas al bicentenario, que se celebra el 15 y 16 de septiembre, autoridades y cadenas de televisión exaltan el orgullo de ser mexicano, tiendas de abarrotes lucen carteles como "Creo en ti, México" y hasta la actriz Salma Hayek apareció arengando a sus compatriotas.
Cuando se cumplen 200 años del levantamiento armado que condujo el cura Miguel Hidalgo contra España, México vive una violencia sin precedentes a raíz del combate contra los cárteles del narcotráfico mientras la economía no logra despegar tras la aguda recesión que vivió en el 2009.
Las sangrientas luchas de las bandas de la droga entre sí y con fuerzas de seguridad, que han incluido decapitaciones y mutilaciones de cuerpos, han alcanzado a zonas antes tranquilas como la norteña ciudad de Monterrey, el balneario de Acapulco y la periferia de la populosa Ciudad de México.
Celebración sin olvidar la realidad del país. Muchos mexicanos, que cada año celebran la independencia con comidas típicas y tequila, dicen querer festejar también esta vez, pero no pueden olvidar la realidad del país.
"Voy a festejar porque aquí es donde nacimos y aquí nos vamos a morir, hasta compré una gran bandera para mi balcón. Pero el país está en una situación grave, no hay empleo, hay mucha delincuencia", dijo Martín Rodríguez, un obrero de la construcción de 53 años.
Rodríguez estaba en las inmediaciones del Zócalo, la enorme plaza pública de la Ciudad de México, cuna de la antigua ciudad azteca de Tenochtitlán y donde este miércoles culminará un gigantesco desfile representativo de la cultura mexicana.
Tras el desfile, el presidente Felipe Calderón dará el tradicional "Grito de la Independencia", una ceremonia donde el mandatario nombra a todos los héroes nacionales y termina con varios "vivas" a México junto con la multitud.
Problema de ánimo. El tradicional desfile militar será este año mucho más grande e incluirá contingentes de 17 países, incluidos China y Estados Unidos, además de grupos que representarán a quienes participan en operativos de combate al narcotráfico. Por primera vez desfilará la Policía Federal.
Este cuerpo y militares son la punta de lanza de los operativos antinarco que lanzó Calderón poco después de asumir en diciembre del 2006 y son blanco de críticas porque el número de asesinatos no ha parado y supera 28.000 desde esa fecha.
Hace poco, el presidente dijo que México sufría un problema de ánimo porque en realidad países como Brasil tenían un mayor índice de asesinatos y sin embargo no se mostraban tan críticos.
"Lo que pido es que cuidemos más a México entre todos, que tengamos más cuidado con México en su nombre, su imagen y evitemos una demolición del ánimo nacional", expresó Calderón.
Historiadores y analistas creen que el problema es que las apoteósicas celebraciones no han ido acompañadas de debates sobre los problemas del país, cuyo ánimo está por el piso.
"Estamos sumidos en una depresión nacional (...) Estamos obnubilados con el pesimismo, con la depresión que tiene que ver con el crimen, con la súbita guerra contra el narcotráfico que había que dar, con el estancamiento económico", dijo el historiador Enrique Krauze al periódico Milenio.
Para la comentarista Guadalupe Loaeza, del diario Reforma, las celebraciones "van a ser un carnaval que va a durar varias horas y al otro día no va a haber nada, no hubo ni un momento de revisión de nuestra historia".