"Jamás pediría esto, aunque sea una decisión que, evidentemente, podría favorecer el Gobierno que comando. Pero sería una falta de respeto total al Senado de la República", aseguró Temer al diario "O Globo".
Río de Janeiro. El presidente interino de Brasil, Michel Temer, negó este viernes que intente acelerar el proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff, y calificó las informaciones al respecto de "agresión a la independencia de los poderes".
"Jamás pediría esto, aunque sea una decisión que, evidentemente, podría favorecer el Gobierno que comando. Pero sería una falta de respeto total al Senado de la República", aseguró Temer al diario "O Globo".
El presidente interino de Brasil dijo que no por ello dejará de reconocer que el país necesita estabilidad política para evitar la paralización de políticas públicas y la inseguridad de la sociedad, los trabajadores y los empresarios.
Recordó que el Senado tiene un plazo constitucional para la apreciación del proceso de "impeachment" (juicio político) de Rousseff, y que cualquier alteración del calendario es exclusiva y soberana del Legislativo.
Temer asumió la presidencia en funciones de Brasil el pasado 12 de mayo, cuando el Senado apartó del cargo a Dilma Rousseff y le abrió un juicio político que podría culminar en su destitución.
El cronograma del juicio se dará a conocer el los próximos días. Si la mandataria finalmente es destituida, Temer completaría el mandato, que vence el 1 de enero de 2019; pero si Rousseff fuera absuelta, recuperaría el poder una vez que se publique la sentencia.
Miembros del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el mismo de Temer, propusieron adelantar el proceso, aunque tanto el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff como su abogado José Eduardo Cardozo apelaron esa decisión ante la Corte Suprema.
El presidente del Tribunal Supremo, Ricardo Lewandowski, deberá definir las fechas del proceso, aunque por el momento no se ha pronunciado sobre el tema.