La manifestación, que en su mayor parte transcurrió en paz, terminó con una escaramuza entre marchistas y la policía antimotines de la Ciudad de México.
"¡Fuera Peña!" fue la principal consigna que emitieron unos 10.000 manifestantes que marcharon la tarde del jueves (15.09.2016) en la capital mexicana para exigir la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto por las violaciones a los derechos humanos registradas durante su gestión, iniciada en 2012. La manifestación, que en su mayor parte transcurrió en paz, terminó con una escaramuza entre marchistas y la policía antimotines de la Ciudad de México, que, mediante una barrera de varios cientos de agentes bloqueó el paso a los manifestantes y utilizó gas lacrimógeno para dispersarlos.
"Peña Nieto inepto. Por el bien de México renuncia", decía un cartel impreso que fue el que mayor distribución tuvo junto con mantas y letreros en los que se leía "¡Fuera Peña!" y "¡Renuncia Peña!". Precisamente el acto de protesta fue convocado en redes sociales bajo las etiquetas #RenunciaYa y #Motivossobran desde el 2 de septiembre, un día después de que Peña Nieto presentara su informe de Gobierno y dos días después de la visita al país del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump.
La marcha, en la que participaron miembros de organizaciones civiles, así como artistas e intelectuales, partió desde el monumento conocido como Ángel de la Independencia y estaba previsto que terminara en el Zócalo, la plaza principal, donde, por la noche el presidente dio el tradicional Grito de Independencia, acto simbólico de las fiestas patrias mexicanas. Pero la movilización, encabezada por los padres de los 43 estudiantes de la escuela de Ayotzinapa desaparecidos en 2014, tuvo como punto final el Hemiciclo a Juárez, en la Alameda Central.
"Indignación y cansancio". A unos pasos de Palacio de Bellas Artes fue donde el bloqueo policial puso el alto para que los manifestantes no llegaran al Zócalo, lugar que ya recibía a los ciudadanos que, por la noche, presenciaron el Grito. Los manifestantes querían el libre paso y su protesta fue aumentando de intensidad hasta llegar al choque. "¡Juicio político a EPN!" y "Destitución y cárcel a Peña por traidor" fueron algunos de los mensajes de los oradores que tomaron la palabra ante el monumento al presidente Benito Juárez (1858-1872).
"Esta es una marcha para manifestar nuestra indignación y nuestro cansancio ante este Gobierno", expresó la primera oradora a manera de bienvenida y recordó que hicieron coincidir la manifestación con el Grito "porque no tenemos nada que festejar". "No somos un número, somos dignidad, somos pueblo y estamos hasta la madre (hartos) y enojados, y dispuestos a organizarnos", expresó otro orador. Se insistió que la marcha "apartidista" fue convocada "solamente por ciudadanos" dispuestos a marchar para exigir la renuncia del presidente.
Los coletazos de la visita de Trump. Durante el recorrido, los participantes enumeraban los temas que el presidente no ha resuelto y otros que, según ellos, ha provocado. Entre los motivos para exigir la renuncia de Peña Nieto, quien atraviesa sus momentos más bajos de popularidad, citaron la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa y la muerte de ocho personas en junio pasado Nochixtlán, estado de Oaxaca, durante un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad en el marco de una protesta de maestros.
Uno de los motivos más señalados fue la visita de Trump, considerada por muchos ciudadanos como ofensiva ya que el candidato ha atacado a los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos y repetido en numerosas ocasiones que construirá un muro en la frontera común. "Peña, entiende, el pueblo no te quiere por traidor a la patria", gritó uno de los asistentes. También se señalaron los casos de Tlatlaya y Tanhuato, episodios en que civiles murieron debido al aparente uso excesivo de la fuerza por parte de soldados y agentes federales.
Otras razones esgrimidas señalaron directamente a la figura del presidente, como el presunto plagio de su tesis profesional o el caso de la llamada Casa Blanca, una mansión de la primera dama Angélica Rivera adquirida de un contratista del Gobierno. El enfrentamiento final quizá no fue el mejor cierre para la marcha, pero la voz de los ciudadanos que no están de acuerdo con el desempeño de Peña Nieto se dejó escuchar en un día simbólico para los mexicanos.