La huelga, en la que participan unos 1.800 trabajadores, paralizó una flota de 1.200 autobuses que atienden municipios periféricos de Santiago, donde viven unas siete millones de personas.
Decenas de miles de habitantes de Santiago de Chile tuvieron que desplazarse este lunes a pie debido a la huelga de los conductores de la empresa Subus, una de las operadoras del Transantiago, el sistema de transporte público de la capital chilena.
La huelga, en la que participan unos 1.800 trabajadores, paralizó una flota de 1.200 autobuses que atienden doce recorridos troncales y algunas otras de conexión con el metro, principalmente municipios periféricos del sur y norte de Santiago, donde viven unos siete millones de personas.
La huelga se enmarca en un proceso de negociación colectiva y entre los puntos de desacuerdo figuran el pago de un bono y, entre las mejoras laborales, la instalación de baños para los conductores en las terminales, dijo a los periodistas Boris Paredes, dirigente del sindicato.
"Una demanda es la entrega de un bono de término de negociación, pero la empresa lo entrega fraccionado, una parte ahora y otra parte en 2016, de forma condicionada, obligando al trabajador a no presentar licencias médicas", precisó Paredes en declaraciones a radio Cooperativa.
Agregó que en materia salarial, los trabajadores demandan un aumento del 10 %, mientras la empresa "está ofreciendo un aumento del IPC (índice de precios al consumidor) que es un 5 % y fracción y el próximo año volver a un 4 %."
También los trabajadores exigen que se respeten sus horas de descanso, añadió, mientras la empresa dijo en un comunicado que en conjunto con otras empresas operadoras del sistema y las autoridades de transporte se ha puesto en marcha un plan de contingencia para aminorar los efectos de la huelga.
La empresa afirmó que la paralización "es absoluta y completamente ilegal por desconocer acuerdos logrados, perjudicando finalmente a los usuarios, quienes no podrán contar con un servicio normal como cada día".