Según el informe del Ministerio Público, el ex presidente brasileño Lula da Silva podría dejar la prisión durante el día para trabajar, siempre que informe dónde trabajaría y si así lo considera oportuno el pleno del Superior Tribunal de Justicia.
Río de Janeiro. El Ministerio Público Federal (MPF) brasileño comunicó este martes al Superior Tribunal de Justicia (STJ) que el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) ya cumplió el tiempo suficiente de su condena para pasar al régimen semiabierto.
Según un informe que el MPF envió al STJ y que divulgó la televisión Globo, Lula podría dejar la prisión durante el día para trabajar, siempre que informe dónde trabajaría y si así lo considera oportuno el pleno del STJ.
El ex presidente brasileño, de 73 años, fue detenido el 7 de abril de 2018 para cumplir la condena de 12 años y un mes que recibió en segunda instancia por corrupción pasiva y lavado de dinero.
Lula está acusado de haber recibido un departamento de la constructora OAS en el litoral del estado de Sao Paulo, a cambio de favorecer a la empresa con contratos, aprovechando sus influencias.
El 23 de abril de 2019 y tras un recurso de la defensa, el STJ redujo la pena de Lula a ocho años, 10 meses y 20 días de prisión.
Según la actual legislación brasileña, un preso tiene derecho a pedir su progresión para el régimen semiabierto después de cumplir una sexta parte de la pena.
Lula tendría que cumplir 17 meses para pedir el beneficio, aunque gracias a la lectura de libros en la prisión, la condena es rebajada en cuatro días por libro leído y su posterior informe, por lo que el ex mandatario se encuentra a pocas semanas de poder cumplir con los requisitos para pedir la progresión.
Para lograr el régimen semiabierto, Lula deberá pagar una multa de 2,4 millones de reales (unos US$620.000), valor que la Justicia considera que recibió como ventajas de OAS.
El Superior Tribunal todavía no tiene marcada una fecha para el juicio para decidir la posible progresión de régimen de Lula.
La defensa del ex presidente argumenta que su cliente está preso hace más de un año y que por ello puede cumplir el resto de la condena en casa, teniendo restricciones durante la noche y los fines de semana.
El pasado febrero, Lula fue condenado a 12 años y 11 meses de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero en otro caso, en el que está acusado de favorecer a las constructoras OAS y Odebrecht a cambio de que remodelaran una hacienda de un íntimo amigo suyo en Atibaia, en el interior del estado de Sao Paulo.
La defensa recurrió a la sentencia y todavía no hay fecha para el juicio en segunda instancia. En el caso de ser condenado nuevamente, Lula no podría gozar del régimen semiabierto.