Liliam Kechichián, la actual titular de Turismo del Uruguay, es una de las autoridades mejores evaluadas tanto por la ciudadanía, como por la empresa privada en el actual gobierno del presidente Tabaré Vásquez. Los números la acompañan: el 2017 facturaron más de US$ 2 mil millones por concepto de industria turística. De ese tema, del Frente Amplio chileno y de las próximas elecciones presidenciales de su país, habló con AméricaEconomía.
-Un núcleo importante de los turistas que visitan Uruguay son argentinos, ¿les afectará la crisis económica del país vecino?
-La devaluación del peso en Argentina tiene que ver con un combo bien complicado: deuda, déficit e inflación. Cosa que por suerte el Uruguay no tiene. En Argentina la inflación es del 40% y en nuestro país es solo del 8%. La crisis ha sido importante en Argentina, pero hoy Uruguay está trabando, preparándose, haciendo paquetes turísticos, haciendo beneficios; está devolviendo el IVA a todas las compras turísticas. Estamos ensanchando el tax free. En resumen, estamos trabajando para que esos visitantes que han sido históricos en el Uruguay, como lo son los argentinos, se mantengan. Estamos haciendo un esfuerzo porque sabemos que es una clase media que hoy sufre mucho.
-Siempre le toca a la Argentina este tipo de crisis. Parecen ser cíclicas.
-Sí, cada tanto tienen estas crisis. Un país rico, muy bien ubicado geográficamente; que tiene trigo, carne, nieve, mar; es un país increíble. Lamentablemente cada cierto tiempo la gente sufre este tipo de vicisitudes muy dramáticas.
-En 2017, el Uruguay recibió más turistas que el número de habitantes que posee el país. ¿Están preparados para recibir aún más personas?
-Primero, somos del grupo selecto de países que el número de turistas que lo visitan es superior a las personas que ahí viven; eso es toda una particularidad. En infraestructura estamos muy bien preparados, tenemos un puerto nuevo de última generación en Colonia, uno de muy buen nivel en Montevideo y un aeropuerto de los más preciosos del mundo. Contando en los últimos años con un crecimiento de 20 mil nuevas camas hoteleras, recibiendo a grandes cadenas de hoteles. En resumen, tenemos la capacidad de seguir absorbiendo esta demanda; lo que nos es fácil es poder seguir creciendo al ritmo que me comentas.
-El año pasado facturaron US$2.300 millones por turismo.
-Exacto, y eso tuvo un impacto de 7 puntos en el PIB del país. Ahora, cuando uno llega a esos números, es difícil seguir creciendo al mismo ritmo. Con esto de la crisis en Argentina, estamos trabajando para sustituir esa posible baja con el crecimiento muy bueno que hemos tenido de turistas brasileros, que el año pasado llegaron a medio millón de personas.
-A los gobiernos de izquierda siempre se les critica la relación con el mundo de la empresa privada. ¿Cómo ha sido su experiencia?
-El Frente Amplio uruguayo es una izquierda que ha tenido una enorme madurez, que ha logrado ser muy sensata en su política económica; que ha hecho que hoy justamente estemos enfrentando bien la crisis, tanto de Argentina como de Brasil, las que históricamente nos arrastraban... Hoy Uruguay tiene reservas, tiene "espalda", tiene dinero en el banco, tiene inversión, tiene prestigio. Entonces, con el sector privado tenemos un dialogo permanente. Cada uno con sus posturas, pero trabajando en conjunto, porque es bien claro que una sociedad es policromática y en ella están los trabajadores a los que el Frente Amplio ha defendido mucho, pero sabemos que para que haya trabajadores tiene que haber empresas. Y hemos creado unas garantías en la negociación colectiva y los salarios, y con inversión. El mundo privado tiene que invertir.
"NO VENDEMOS CANNABIS A TURISTAS"
-¿Le gusta la etiqueta de "turismo cannábico" que algunos le han dado al Uruguay y su política con la marihuana?
-No, porque no hay turismo cannábico. La regularización de la venta del cannabis en el Uruguay es exclusivamente para los residentes. Es una fórmula nueva pensada por el ex presidente José Mujica, para ver si podíamos transitar por un camino diferente a la represión (que lo único que había hecho en el mundo, especialmente en América Latina, era que hubiera más tráfico). Por ello, el Uruguay se planteó regularizar, no liberalizar, creando un sistema de venta con registro, en las farmacias, y ha sido un proceso exitoso. Pero no les vendemos cannabis a los turistas, ni le vamos a vender.
-Los turistas, especialmente europeos, se quedan con la noticia de que el cannabis se vende en las esquinas.
-Claro, y en eso estamos trabajando. FIjate que cuando salió la noticia, muchas veces termina siendo deformada y eso le pasó a algunos países de Europa cuando hicieron procesos similares. Uruguay no se plantea ese escenario de liberalizar el consumo de cannabis, ni tampoco lo quiere.
- ¿Al Frente Amplio (FA) uruguayo le costó entender que el turismo era una actividad económica rentable, de primer nivel?
-Sí, le costó, de eso no hay duda.
-Siempre estuvieron prejuiciando que el turismo era de clase burguesa y era solo "joda", pasarlo bien.
-Es más, te diría que ese fantasma le pesaba a todo el sistema político uruguayo. Somos un país muy agroexportador, y muy industrial, históricamente, y a todos los partidos políticos (incluidos los de centro y derecha) les costó entender la importancia de esta actividad.
-Pero en la izquierda se veía como una actividad para gente de derecha.
-Yo te diría que en la izquierda había unos prejuicios, donde se pensaba que era una actividad para pocos, que solo era de glamour, que era solo Punta del Este. Por suerte, ya en nuestra primera campaña electoral como FA incorporamos la idea de un Uruguay productivo, es decir, como una actividad económica de primer nivel, que impacta y que genera empleo.
RENOVACIÓN
-¿Ha escuchado del Frente Amplio chileno?
-Sí, los he seguido bastante. Me dio mucha pena que la actitud de Beatriz Sánchez no ayudará a ganar y dejará el espacio para el triunfo de la derecha. Ojalá hubiera tenido una mirada más larga. Prefirió marcar su perfil que ayudar a ganar a la coalición de izquierda, y al final eso lo termina pagando la gente.
-¿Ve una diferencia entre el Frente Amplio uruguayo y el chileno?
-La particularidad de nuestro Frente Amplio es que es una coalición. Por lo tanto, ahí están los cristianos, ahí están los marxistas, ahí está el Partido Socialista... y acordamos por consenso un programa común. Cada uno tiene su proyecto final, pero trabajamos por lo que consensuamos entre todos. La izquierda cuando se divide... gana la derecha y pierde el pueblo.
-Para continuar el éxito de la industria turística del Uruguay, ¿es necesario que siga en el poder el FA o ya es una política de Estado?
-Es vital que siga el FA para que continúe el crecimiento económico del país. A mí de eso no me cabe ninguna duda. Hoy en el Uruguay hay dos proyectos de país: uno que plantea la centro derecha con una política más neoliberal y el del FA. A mí no me cabe duda que hoy con casi la erradicación de la indigencia, con grandes avances en educación y salud, el pueblo uruguayo está más proclive a seguir manteniendo ese rumbo que ha cambiar por políticas que marquen un retroceso.
-Ahora el éxito del FA se enfrenta a una falta de renovación, no solo de nombres, sino también generacional.
-Sí, estoy también de acuerdo. El problema es que cuando uno ha tenido líderes tan potentes como el actual presidente o el ex presidente José Mujica, o el ministro de economía Danilo Astori, la renovación se torna un poco diferente. Hoy estamos en un momento bisagra. Yo soy de las que creo que lo nuevo también se hace con lo mejor de la historia. No quiero decir con lo viejo, sino de la historia. Creo en ese equilibrio, pero más que nada veo la renovación por la participación de las mujeres.
-¿Es feminista?
-Yo soy una militante de mi género y me gustaría que la próxima candidata y presidenta del Uruguay fuera mujer.
-El FA y la izquierda uruguaya, ¿ha sido machista?
-La izquierda uruguaya ha sido horriblemente machista, pero se da en todos lados también. La renovación tiene que ser etaria y adaptándose a los nuevos desafíos que nos presenta hoy la sociedad. Piensa tú que Mujica tiene 84 años, Tabaré Vásquez tiene 79 años y así podemos seguir. Por eso te digo que podrán seguir siendo de una enorme consulta para todos nosotros y referencia, pero me parece bueno y estoy completamente de acuerdo con que hay que renovar.
