El soldado Jesús Rojas fue capturado por rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cerca del municipio de San Vicente del Caguán, en el departamento de Caquetá, cuando visitaba a su familia, precisó el funcionario.
Bogotá. La guerrilla de las FARC secuestró a un soldado que estaba de vacaciones en una zona selvática del sur de Colombia, en un incidente que viola el cese unilateral del fuego pero que no afectará la negociación de paz si es liberado de inmediato, dijo este viernes viernes el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.
El soldado Jesús Rojas fue capturado por rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cerca del municipio de San Vicente del Caguán, en el departamento de Caquetá, cuando visitaba a su familia, precisó el funcionario.
"El soldado está en manos de las FARC porque las FARC así se lo han confirmado a su familia y también le han confirmado su voluntad de entregarlo rápidamente. La Cruz Roja ya ha sido contactada por las Fuerzas Militares para hacer esa operación, que espero se haga en las próximas horas", aseguró.
Los rebeldes lo acusaron de realizar actividades de inteligencia, reveló a periodistas el ministro. "Es una retención ilegal de un ciudadano (...) es un incidente en contra del cese al fuego unilateral si lo devuelven".
De inmediato no se produjo ninguna reacción de las FARC, que mantiene desde finales del 2012 una negociación de paz con el Gobierno colombiano en Cuba con la que buscan poner fin a un conflicto de más de medio siglo que ha dejado 220.000 muertos.
En las negociaciones, que han avanzado más que cualquier esfuerzo previo, las partes han logrado acuerdos en las reformas para dar acceso a la tierra a los campesinos pobres, la lucha contra el narcotráfico, el desminado, la transformación de la guerrilla en un partido político, la justicia y la búsqueda de desaparecidos.
Pero para cerrar la negociación, las partes deben llegar a consensos sobre el cese bilateral del fuego y mecanismos que permitan implementar, verificar y refrendar un eventual acuerdo de paz.
Las FARC declararon un cese unilateral desde el 20 de julio, a lo que el Gobierno respondió con la suspensión de bombardeos contra los campamentos rebeldes, gestos con los que buscan generar confianza.