Lupi decidió renunciar tras reunirse con Rousseff, dijo otro ministro del gabinete a Reuters, con la condición de no ser identificado.
Río de Janeiro. El ministro del Trabajo de Brasil renunció este domingo en medio de acusaciones de corrupción, en una nueva salida de un miembro del gabinete de la presidenta Dilma Rousseff por un escándalo.
Lupi decidió renunciar tras reunirse con Rousseff, dijo otro ministro del gabinete a Reuters, con la condición de no ser identificado.
El ministro comunicó su renuncia a través de un comunicado publicado en el sitio web del ministerio.
"Frente a la persecución política y personal en la prensa que he sufrido en los últimos dos meses sin derecho a la defensa y sin pruebas, (...) he decidido presentar mi renuncia indeclinable", dijo Lupi.
El ministro dijo además que a la hora de renunciar "tomó en consideración el informe de la Comisión de Etica de la Presidencia, que también me condenó de manera sumaria, basándose en estos mismos informes de prensa, sin darme la oportunidad de defenderme".
Lupi será reemplazado por Paulo Roberto dos Santos Pinto, actualmente secretario ejecutivo del Ministerio de Trabajo, a partir del lunes, dijo Rousseff en un comunicado difundido en la página de internet de la presidencia.
La presidenta ha perdido a seis de sus 32 ministros desde que asumió el mandato en enero, cinco de los cuales fueron separados de sus cargos por escándalos que involucran acusaciones de corrupción.
La salida de los funcionarios ha debilitado las relaciones de Rousseff con los partidos de la coalición en el Congreso, un vínculo que necesita para aprobar un ambicioso programa de legislación social e inversión en infraestructura en el país.
El comunicado de la presidencia agradeció a Lupi por su cooperación y su trabajo en el gobierno.
Rousseff heredó a la mayoría de ministros que han abandonado sus funciones del gobierno de dos períodos de su predecesor del Partido de los Trabajadores (PT) y mentor Luiz Inácio Lula da Silva.
La presión sobre Lupi, que había dicho que "sólo una bala" podría removerlo de sus funciones, alcanzó su mayor nivel el miércoles cuando la Comisión de Etica Pública de la Presidencia de Brasil recomendó despedirlo de manera unánime por mala administración.
La investigación del comité, junto con una indagación del Congreso, ocurrió después de que la revista Veja reportó en noviembre que Lupi habría pedido sobornos a organizaciones de caridad y otras entidades no gubernamentales como condición para recibir financiamiento del ministerio.
Lupi también habría favorecido a organismos no gubernamentales relacionados a su Partido Democrático Laborista y realizado una serie de viajes pagados por un contratista del ministerio.
En una de las últimas acusaciones, Lupi habría recibido un salario como empleado federal del Congreso por seis años, mientras que al mismo tiempo habría servido y recibido un sueldo como representante de la legislatura del estado de Río de Janeiro, reportó el diario Folha de S. Paulo.