El presidente boliviano Evo Morales llamó en el Día del Mar a Chile a un diálogo “franco y sincero” para resolver el diferendo marítimo entre ambos países arrastrado desde 1879.

En el Día del Mar, el presidente Evo Morales volvió a convocar a Chile a un “diálogo franco y sincero” para resolver el diferente marítimo arrastrado desde 1879, radicado hoy en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), e instruyó explorar acciones legales internacionales en contra de lo que calificó de ilícito y abusivo uso unilateral chileno de las aguas manantiales del Silala.

Morales, junto a autoridades de los diferentes Órganos del Estado, de las Fuerzas Armadas, de la Policía y Cuerpo Diplomático, participó del homenaje a los defensores de Calama, que en 1879 y a la cabeza de Eduardo Abaroa defendieron suelo boliviano. En un discurso de 20 minutos hizo un recuento histórico, se refirió al juicio y reafirmó la confianza de volver al mar con soberanía.

“Convocamos una vez más a Chile a un diálogo franco y sincero que nos permita trabajar juntos para que cumplan sus compromisos y ofrecimientos de negociar con Bolivia un acceso soberano al mar, que garantizará el bienestar de nuestros pueblos”, abogó en el acto central en el que afirmó que éste es un mensaje al mundo.

La Paz demandó a Santiago ante la CIJ, precisamente, para que cumpla con sus compromisos hechos a lo largo de la historia de negociar una salida soberana al Pacífico. El demandado intentó sin resultados evitar que los jueces traten el caso con argumentos como que la demanda nacional fue zanjada con el Tratado de 1904 que definió los límites tras la Guerra del Pacífico.

“El gobierno de Chile debe comprender de una vez por todas que el negacianismo es el peor camino elegido, negar la existencia de un problema no lo soluciona, sino más bien lo posterga y lo agrava innecesariamente. No queremos más enfrentamientos, no queremos mayores desencuentros”, reflexionó y recordó las palabras del Papa Francisco que abogó por el diálogo en el diferendo marítimo.

La Razón reveló hoy que ambos países negociaron de forma secreta una solución al conflicto con miras a un enclave. Las administraciones de Morales y Michelle Bachelet, en su primer gobierno, avanzaron en las conversaciones que fracasaron en la gestión de Sebastián Piñera.

El Presidente explicó que no solo el tema marítimo es parte de la agenda pendiente con Chile, sino otros como el uso unilateral de las aguas manantiales del Silala, que fueron desviadas artificialmente sin ningún tipo de compensación a Bolivia. Calificó de ilícito el uso que hace el país vecino de ese recurso hídrico, que nace y muerte en suelo nacional.

“Cada día Chile se aprovecha ilegal y arteramente de ese recurso natural sin compensar ni un centavo. Este acto abusivo y arbitrario que vulnera nuestro patrimonio no puede continuar”, advirtió y anunció que instruyó a la Dirección de Reivindicación Marítima (Diremar) explorar las acciones jurídicas para defender la soberanía sobre ese recurso natural.

“He instruido a Diremar que estudie las alternativas jurídicas para asumir la defensa de nuestras aguas del Silala ante las instancias internacionales competentes”, informó sin precisar mayores detalles de la decisión asumida y que tiene como antecedente negociaciones que llegaron a un pre-acuerdo de pagar por el uso del 50% de aguas, mientras que el restante porcentaje debía ser sujeto de estudios para determinar si corresponden o no a Chile.

Santiago asegura que el Silala es un río de cauce internacional y defiende su derecho de uso, además puso en cuestión un pago retroactivo a Bolivia.

Ambos aspectos fueron parte del mensaje central de Morales. “No desfalleceremos nunca en nuestro objetivo de llegar a un entendimiento con Chile que permita cerrar para siempre al último obstáculo que se opone a la verdadera integración”, señaló en el acto al que siguió un desfile cívico-militar en la plaza Abaroa, en el centro paceño.