"La derecha y las oligarquías son la base política del capitalismo. El capitalismo se alimenta de la desigualdad. Al capitalismo no le interesa la vida ni la dignidad, solo le importa saquear, explotar al obrero y robar al pueblo", afirmó.
La Paz. El presidente Evo Morales arremetió el sábado contra la derecha regional y criolla, "capitalista y oligárquica", 2 días después de consumada la suspensión de la presidente de Brasil, su colega Dilma Roussef, por el Senado brasileño, mayoritariamente opositor, y al tiempo de denunciar que, en consonancia, grupos de conservadores locales intentan desestabilizar su gobierno de izquierdas en Bolivia.
"La derecha y las oligarquías son la base política del capitalismo. El capitalismo se alimenta de la desigualdad. Al capitalismo no le interesa la vida ni la dignidad, solo le importa saquear, explotar al obrero y robar al pueblo", afirmó en su cuenta de Twitter.
El mandatario escribió sus críticas después de asistir a la juramentación del nuevo Defensor del Pueblo de Bolivia, David Tezanos Pinto, a quien pidió apego a los intereses populares al tiempo de ejercer su cargo.
"El Defensor del Pueblo debe defender los derechos humanos y los derechos del pueblo y no defender a la derecha como lo hizo Rolando Villena", afirmó en su cuenta de Twitter.
De refilón, Morales pareció aludir al contexto regional que surte, por vía de la institucionalidad o no, como en el caso del golpe de Estado congresal registrado el jueves por el Senado brasileño que obtuvo finalmente el relevamiento de Roussef, lo que activó la sucesión constitucional para encumbrar a Michel Timer.
Morales denunció este mismo sábado intentos de desestabilización de su Gobierno por personas, incluso entidades no estatales que a hurtadillas financian conflictos de largo aliento en el país, al aludir las protestas de más de 2 meses que sostiene un grupo de discapacitados en diversas ciudades de Bolivia.
"Algunas personas que impulsan conflictos financiandos para tratar de desestabilizar al Gobierno", apuntó en ocasión de la posesión del nuevo Defensor del Pueblo.
El mandatario se refirió a las protestas, incluido un peregrinaje de semanas por carreteras del país, por un bono mensual de 500 bolivianos (poco más de 70 dólares) que sostienen grupos de discapacitados que incluso se materializan hoy mismo pese a los llamados de su Gobierno para abrir un espacio de diálogo.
Se trata del grupo más duro de manifestantes que porfía en presionar al Ejecutivo que ha proclamado, en conversaciones preliminares y públicamente también, la imposibilidad del erario público para solventar la demanda de los discapacitados.