La ofensiva contra una columna de las FARC se registró cerca al municipio de Arauquita, en el departamento del Arauca, en el noreste del país, en la misma región donde el sábado 17 de marzo la guerrilla mató a once efectivos militares.
Bogotá. Un ataque del Ejército de Colombia contra un campamento de las FARC dejó 33 guerrilleros muertos en una zona petrolera fronteriza con Venezuela, en el golpe más fuerte de las Fuerzas Militares contra el grupo rebelde en el último año, informó el miércoles el gobierno.
La ofensiva contra una columna de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se registró cerca al municipio de Arauquita, en el departamento del Arauca, en el noreste del país, en la misma región en donde el sábado esa guerrilla asesinó a 11 efectivos militares.
"Gran golpe a las FARC en Arauca. Felicitaciones a nuestras Fuerzas", dijo el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en su cuenta en Twitter.
La operación fue realizada por la Fuerza de Tarea Quirón, una unidad que hace parte del rediseño de la estrategia de guerra contra la guerrilla y que busca fundamentalmente neutralizar las principales estructuras militares y económicas de las FARC, sin descuidar la captura o muerte de los principales jefes rebeldes.
"Esta operación forma parte de este nuevo planteamiento que venimos desarrollando desde hace algunas semanas en el marco de lo que se conoce como el Plan de Guerra Espada de Honor, que viene buscando las estructuras que más daño han causado al país, a los colombianos en ciertas áreas específicas", dijo a periodistas el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.
En el mismo operativo del Ejército, que contó con el apoyo de la Fuerza Aérea, fueron capturados cinco rebeldes, incluido uno solicitado en extradición por Estados Unidos con cargos de narcotráfico, precisó.
El general Ernesto Maldonado, comandante de la octava división del Ejército, dijo por su parte que "durante este año es el golpe más fuerte que le hemos dado a las FARC".
Las FARC, consideradas como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, han intensificado sus ataques en las últimas semanas, incluido el sector petrolero, como parte de una estrategia para demostrar su poder militar, de acuerdo con fuentes de seguridad y analistas.
Aunque el grupo rebelde ha sido debilitado por una ofensiva militar apoyada por Estados Unidos, en la que han muerto importantes comandantes mientras que miles de combatientes han desertado, aún tiene la capacidad de realizar atentados de gran impacto en regiones como el departamento de Arauca.
El gobierno colombiano ha descartado la posibilidad de iniciar un diálogo de paz con las FARC para poner fin al conflicto interno de casi cinco décadas hasta que los rebeldes liberen a todos los secuestrados, suspendan sus ataques y anuncien su disposición de deponer las armas.
Pero el grupo guerrillero, que a finales de febrero anunció la suspensión de los secuestros económicos, ha rechazado las exigencias por considerarlas como una rendición, lo que mantiene alejada la posibilidad inmediata de una salida negociada a la confrontación.
El golpe a las FARC se produjo en momentos en que se espera que libere a 10 efectivos del Ejército y de la Policía que mantiene secuestrados desde hace más de una década.