El portavoz de la Presidencia, Lucien Jura, dijo que el gobierno había decidido celebrar unos funerales de Estado para Duvalier, aunque señaló que estaba por determinarse otras acciones que normalmente acompañan a este tipo de acontecimientos.
Santo Domingo. La muerte del ex gobernante de facto Jean Claude Duvalier, ocurrida el pasado sábado, plantea un dilema en Haití por los funerales que debe recibir, aunque el gobierno se inclinó este lunes por cumplir con las normas protocolares.
El portavoz de la Presidencia, Lucien Jura, dijo que el gobierno había decidido celebrar unos funerales de Estado para Duvalier, aunque señaló que estaba por determinarse otras acciones que normalmente acompañan a este tipo de acontecimientos.
"Esto debería ser un funeral de Estado, que es lo que el protocolo requiere, porque se trata de un ex jefe de Estado. Pero no sabemos todavía si vamos a tomar la decisión de bajar la bandera a media asta y declarar duelo nacional", afirmó Jura.
Incluso enemigos de Duvalier como el ex alcalde de Puerto Príncipe, Evans Paul, que sufrió persecución durante el gobierno de facto del ex mandatario, consideran que el protocolo debe ser respetado.
"Moralmente, (Duvalier) no tiene derecho a un funeral de Estado. Él era un dictador que causó mucho daño al país... Pero si la ley dice que debe tener un funeral de Estado, es lo que se debe hacer", aseguró.
El ex dictador haitiano, que gobernó con mano dura Haití durante 15 años y regresó a su país hace tres años, falleció el pasado sábado de un paro cardiaco a la edad de 63 años.
Duvalier murió en su residencia de la parte alta de Puerto Príncipe, pese a que su familia había solicitado el envío de asistencia especial al gobierno haitiano, según confirmó la ministra de Salud, Florence Duperval Guillaume.
La muerte del ex gobernante llevó al actual presidente de Haití, Michel Martelly, a invocar "el amor y la reconciliación" del pueblo haitiano para superar sus diferencias, en referencia a la división que existe en el país respecto al retorno de Duvalier y a la inacción de los tribunales.
"A pesar de nuestras disputas y nuestras diferencias, saludamos la partida de una auténtico hijo de Haití", dijo Martelly el día del deceso del ex gobernante.
Pero varias organizaciones defensoras de los derechos humanos pidieron el domingo continuar el proceso judicial que por crímenes de lesa humanidad fue abierto contra el ex dictador haitiano.
La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), la Red Nacional de Derechos Humanos (RNDDH) y el Centro Ecuménico para los Derechos Humanos (CEDH) dijeron que la muerte de Duvalier no pone fin a los procesos judiciales en los tribunales contra su régimen.
Además, la representante especial del secretario general de la ONU en Haití, Sandra Honoré, consideró que es necesario continuar su lucha contra la impunidad, mientras la organización internacional Human Rights Watch (HRW) criticó la "incapacidad" de los tribunales haitianos para enjuiciar a Duvalier, lo que "ha privado a innumerables víctimas a lograr la justicia que buscaban".
"Baby Doc", que heredó el poder en Haití en 1971 a la muerte de su padre, François Duvalier, regresó a Puerto Príncipe el 16 de enero del 2011, tras 25 años de exilio en Francia.
Tras su retorno al país, la organización Amnistía Internacional entregó a la justicia haitiana pruebas que supuestamente establecen la violación de derechos humanos durante el período que gobernó Haití, entre el 22 de abril de 1971 y el 7 de febrero de 1986, y víctimas de la dictadura presentaron dieciocho demandas en su contra.
Pero el 30 de enero del 2012, un juez de instrucción anunció que Duvalier sería juzgado por malversación de fondos y no por crímenes contra los derechos humanos como esperaban sus detractores.
Se estima que entre 20.000 y 30.000 personas fueron asesinadas durante su dictadura, y que "Baby Doc" sacó de Haití más de 100 millones de dólares antes de la caída de su gobierno.
