El presidente de Uruguay analizó la situación de Argentina con el gobernador de la provincia de Córdoba, José Manuel de la Sota.
La relación entre Uruguay y Argentina, que nuevamente atraviesa un momento de tensión diplomática por la planta de UPM, fue analizada este jueves entre el presidente José Mujica y gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota.
Si bien ese tema fue con el que se abrió la conversación privada, la mayor preocupación de Mujica –y la que ocupó la mayor parte de ese encuentro– estuvo en la situación de Argentina con los llamados fondos buitres.
Las finanzas de Argentina, tercer socio comercial de Uruguay, se complicaron cuando un tribunal de Nueva York dio la razón a los bonistas que no aceptaron el canje de deuda y reclamaron cobrar el 100% del valor de los papeles, lo que implicará desembolsar unos US$ 1.300 millones.
Mujica está preocupado por el impacto de una crisis en Argentina. El recuerdo más cercano es el año 2002, cuando las corridas bancarias en ambos lados del plata terminaron por desplomar a las dos economías. Ahora, el fallo de la Justicia de Estados Unidos (EE.UU.) –que planteó el peor escenario para las cuentas de Argentina y que no esperaban las autoridades– impacta también en lo político en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner que le fue mal en la última elección. Un gobierno debilitado popularmente tendrá menos posibilidades de sostenerse. Las elecciones presidenciales en Argentina serán a fines de 2015.
El gobierno uruguayo, a través de Mujica y del vicepresidente Danilo Astori se solidarizaron con la administración del vecino país. Mujica incluso propuso llevar el tema a organismos como la Unasur y el Mercosur.
Según Mujica, la situación planteada “directamente pega a todos porque si Argentina pasa por una coyuntura muy difícil, indirectamente va a repercutir en el resto de los países que tienen relaciones económicas con ella”, afirmó.
Astori entiende que el fallo de EE.UU. genera un mal antecedente para los países que se esfuerzan por pagar sus deudas.
La economía argentina está en un período de estancamiento, la inflación es alta –es la segunda mayor de América Latina luego de la de Venezuela, y el país tiene problemas infraestructura. Un default, aunque sea selectivo o parcial, tendrá consecuencias en el país y la región.
En lo interno, la administración K se enfrenta a tener que decidir un fuerte ajuste fiscal que golpeará a los ciudadanos y casi no tendrá posibilidades de conseguir créditos en el extranjero.
También se espera un repunte del dólar que ya se verifica y seguramente habrá una política más proteccionista que perjudicará a los exportadores de Uruguay.
El encuentro de ayer entre Mujica y De la Sota duró algo menos de 20 minutos y fue en el centro cultural José Artigas en la ciudad de Sauce donde se cumplieron los festejos por los 250 años del natalicio del prócer.
Acompañando a De la Sota estaba el embajador uruguayo en Buenos Aires, Guillermo Pomi, quien tiene buena llegada con buena parte del espectro político de Argentina. Pomi regresó ayer a Buenos Aires.
El problema UPM. “El federalismo que impulsó Artigas estuvo lleno de líos, pero es como una luz iluminando el porvenir”, dijo el presidente Mujica al responder a una pregunta de la prensa sobre los problemas que enfrenta el país hoy con Argentina y que antes, en la historia, tuvieron un capítulo cuando el prócer proponía un sistema federado opuesto al centralismo porteño.
De la Sota contó que le ratificó a Mujica que las diferencias que puedan existir entre ambos países se deben arreglar “tomando un mate”.
“Hay que ponerse de acuerdo y pensar en cómo crear trabajo para que nuestros pueblos vivan mejor” afirmó el gobernador que pertenece al Partido Justicialista pero es opositor a la presidenta Fernández de Kirchner. “Hay que aceptar la realidad como está, aprovechar inversiones que se puedan hacer conjuntamente en un mismo segmento, controlar el medio ambiente con las nuevas tecnologías y enfrentar juntos lo que hoy tenemos por delante. Los tiempos electorales no tienen que incidir”, agregó De la Sota.
También consideró “incomprensible” el enfrentamiento por UPM. Dejó en claro que no comparte la posición del canciller Héctor Timerman para quien, con Uruguay, se agotaron las instancias de diálogo.
El gobierno uruguayo tampoco comparte esa postura y propone negociar, aunque no tiene mayores inconvenientes si debe ir a La Haya. Almagro dijo el miércoles a El Observador que “Uruguay no va a renunciar nunca al diálogo” con Argentina.