El mandatario uruguayo reafirmó que su política es "contra el narcotráfico" y no a favor de la marihuana que "es mala como cualquier adicción".
El presidente de Uruguay, José Mujica, reconoció como probable que naufrague en el Parlamento su proyecto de legalización de la marihuana, que apunta a combatir el narcotráfico quitándole parte del mercado.
La regularización no implica promover esa droga, aclaró Mujica durante una entrevista que concedió este viernes a Xinhua, en línea con su postura sobre la reciente despenalización del aborto.
El mandatario reconoció, además, que fracasó su intento de implementar políticas de Estado junto a los partidos de la oposición, hecho que pone en desventaja al país en su inserción internacional.
Garrote insuficiente. "Es posible que no se apruebe", respondió Mujica al preguntarle si estaba preparado para que finalmente el polémico proyecto de ley sobre la marihuana no cuente con la mayoría de votos requerida.
Pese a que la coalición de izquierda gobernante Frente Amplio (FA) tiene mayoría en ambas cámaras, algunos diputados han manifestado su negativa a votarlo.
El mandatario reiteró que su política es "contra el narcotráfico" y no a favor de la marihuana que "es mala como cualquier adicción".
Mujica sorpendió en 2012 al enviar al legislativo un proyecto que establecía por parte del Estado "el control y la regulación de las actividades de importación, producción" y "comercialización y distribución de marihuana".
En la negociación parlamentaria se ha modificado el texto, acordándose parcialmente que el Estado no producirá la cannabis y que se aceptará el autocultivo personal.
"Para golpear al narcotráfico en una forma efectiva y que se sienta, hay que golpear el mercado", fundamentó Mujica en una entrevista con Xinhua en su granja en las afueras de Montevideo.
Eso "no quiere decir que no haya que usar el garrote pero la vía represiva en los hechos está demostrando que fracasa".
En opinión del mandatario regular una adicción que existe permitirá tratar su consumo como una enfermedad sacándole la ganancia a los narcotraficantes.
"Si al que consume le doy una ración mensual y el tipo se me pasa, lo voy a tener registrado, le voy a decir 'mijito, venga pa acá, usted tiene que internarse'. Que dé resultado, eso no lo sé, porque es un experimento", indicó Mujica.
Ante el rechazo de algunos legisladores se le preguntó nuevamente al gobernante si creía que el texto iba a tener mayoría necesaria y contestó "es probable que no lo tenga".
"Como es una cosa pionera la sociedad tiene miedo. No habría que valerse de una mayoría circunstancial, hay que convencer a la gente", opinó.
El 66% de los uruguayos, de acuerdo con una encuesta realizada en este mes por la consultora Cifra, rechaza legalizar la marihuana y solo 24% está a favor.
Mujica insistió en el peligro que representa el narcotráfico para la sociedad, un flagelo que expande sus métodos al mundo delictivo en general, por ejemplo a través de los sicarios, advirtió.
"El narcotráfico destruye todas las barreras y códigos, el camino es 'plata o plomo'. Entonces se incrementa globalmente el grado de violencia en toda la sociedad", planteó el gobernante.
"Eso es lo que le está pasando al Uruguay hoy, pero no lo perciben, y eso es mucho más grave que la droga", sostuvo.
Nadie a favor. En otro pasaje de la entrevista, Mujica comparó el tema de la legalización de la marihuana al del aborto.
"¿Quién va a estar a favor del aborto? No hay nadie. pero hay mujeres que se siguen haciendo el aborto", reflexionó.
Con esa evidencia, "si lo legalizo puedo operar y algunas mujeres las puedo inducir a que retrocedan. Si lo dejo clandestino, no puedo incidir en el fenómeno".
Uruguay se convirtió en 2012 en el segundo país de América Latina en aceptar la interrupción del embarazo por sola voluntad de la mujer en las primeras 12 semanas de gestación.
La ley, que empezó a regir en diciembre, admite el aborto en ese plazo siempre que se realice una consulta con un equipo interdisciplinario y tras un período de cinco días de reflexión.
"El problema es salvar la mayor cantidad de vida posible, es la verdadera discusión, no la discusión de principios porque de principios estamos todos contra el aborto", enfatizó.
Mujica dijo el año pasado que analizaba apoyar con su firma a la campaña de los detractores del aborto para que el tema se defina en un referéndum pero finalmente no lo hizo.
El 23 de junio se realizará una consulta voluntaria donde los promotores de la derogación de la ley deben recoger el 25% de las voluntades del cuerpo electoral para convocar a un referéndum.
"Siempre pensé que era bueno que esto lo resolviera la gente, la gente no... el público femenino", indicó, y argumentó que "el papel de la mujer en esto tiene que ser determinante".
Por esa razón, la eventual convocatoria a un referéndum "no resuelve nada en el fondo". Si la ley cayera seguirán los abortos "por la vía clandestina como ha pasado en los últimos 400-500 años de historia" y "va a seguir con todo lo negativo que tiene el camino de la clandestinidad", agregó el mandatario.
Un despilfarro. Mujica evalúa como un fracaso de la gestión que inició en marzo de 2010 su apuesta por desarrollar políticas de Estado junto a los partidos de oposición.
"Fracasé en el sentido que desde el primer momento traté en lo posible que se creara un ambiente que nos permitiera trazar políticas nacionales", recordó el gobernante.
Con ese objetivo, le asignó "un grado de participación que ningún gobierno en el Uruguay le había dado a la oposición".
Al poco tiempo de comenzar su mandato, logró que los opositores partidos Nacional (PN) y Colorado (PC) se integraran a los directorios de las empresas públicas y los organismos de contraloría, cargos que algunos abandonaron después.
Además, firmó un inédito pacto educativo para devolver el poder político a los consejos educativos y dotar de mayor autonomía a los centros de enseñanza y otro en materia de minería, que para la oposición no se cumplieron.
En retrospectiva, Mujica considera que "no supieron entender o no tuvimos la capacidad suficiente para convencer o no estábamos socialmente maduros".
"Probablemente sea un poco de todo. No quiero asignar que la responsabilidad es sólo de otros", indicó Mujica.
Además, lamentó que no exista una "conciencia nacional de la dimensiones que tiene el mundo y de las fuerzas que hay y lo pequeños que somos en relación a esa fuerza".
"No podemos darnos el lujo de andar deshilachados como andamos. Es un grave error desde el punto de vista estratégico", aseveró el presidente.
Asimismo, aclaró que no pretende "tener unanimidad" pero no poder alcanzar "acuerdos básicos en 5 o 6 cosas fundamentales es un despilfarro al país".
"No pudimos, lo quisimos, intentamos pero fracasamos", concluyó Mujica.