Pasar al contenido principal

ES / EN

Narcos mexicanos aumentan su violencia a un año de las elecciones
Viernes, Agosto 26, 2011 - 17:55

El portavoz de seguridad del gobierno, Alejandro Poiré, dijo la semana pasada que las elecciones se realizarán con normalidad, pero no queda claro cómo los candidatos presidenciales se desplazarán por el país y realizarán actos públicos en los estados azotados por la violencia.

México DF. Con el ataque a un casino que dejó 52 muertos, el peor en años, el narcotráfico está atreviéndose a más en México, aumentando las dudas de que las elecciones presidenciales del 2012 se celebren con normalidad.

A casi cinco años de que el presidente Felipe Calderón asumiera y lanzara al Ejército contra los violentos cárteles de la droga, los ataques contra civiles y el número de muertos han ido en aumento, al tiempo que crecen las críticas contra la estrategia del gobierno.

En una acción nunca antes vista, un grupo armado llegó en varios coches el jueves a un casino en la rica ciudad industrial de Monterrey, a plena luz del día, bajó garrafones con gasolina y provocó un incendio en el lugar.

Las víctimas, entre ellas señoras de la alta sociedad de Monterrey, murieron calcinadas o asfixiadas.

"Monterrey está en un punto en que aún los militares mexicanos no pueden contener la cantidad de violencia (...) Anticipamos más violencia entre ahora y las elecciones", dijo a Reuters Josh Miller, director general de Control Risks para México, Centroamérica y el Caribe.

El gobierno ha desplegado decenas de miles de militares y policías federales en amplias zonas del país y se ha anotado victorias contra los cárteles al capturar o matar a varios capos, lo que le ha valido elogios de Estados Unidos.

Sin embargo, estas capturas han derivado en la fragmentación de estas organizaciones en cárteles más pequeños y elevado la violencia entre sicarios y el nivel de espectacularidad de los crímenes, así como afectado a ciudades antes a salvo de la violencia como Monterrey o el balneario Acapulco.

Uno de los grupos más violentos es el de los Zetas, formado con desertores de cuerpos de elite del Ejército, quienes eran el brazo armado del cártel del Golfo pero rompieron con éste a inicios del 2010 desatando un baño de sangre en estados como Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León, cuya capital es Monterrey.

"Estamos en una escalada de violencia. La impunidad es la causa de esta escalada", dijo el analista de riesgo Alberto Islas, refiriéndose a la extendida corrupción entre las autoridades, razón por la cual la mayoría de los crímenes quedan sin esclarecerse.

¿Otra vez los Zetas? Las autoridades aún no señalan a ningún cártel como autor del ataque al casino, pero medios de prensa nombraron a los Zetas, que según la fiscalía federal estuvo detrás de la matanza de 72 inmigrantes en Tamaulipas el año pasado.

Los Zetas también están acusados de haber asesinado en junio del 2010 al candidato a gobernador por el opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), Rodolfo Torre, quien se perfilaba como el más seguro ganador de los comicios estatales. Hasta ahora no hay ningún resultado de las investigaciones por este crimen.

El portavoz de seguridad del gobierno, Alejandro Poiré, dijo la semana pasada que las elecciones se realizarán con normalidad, pero no queda claro cómo los candidatos presidenciales se desplazarán por el país y realizarán actos públicos en los estados azotados por la violencia.

Las elecciones presidenciales serán el 1 de julio, cuando también será renovada la Cámara de Diputados y el Senado.

"Si se mantiene esta tendencia, preveo un escenario electoral muy limitado, desplazamiento de candidatos con mucha vigilancia y por aire, no carretera, más uso de televisión, radio y redes sociales", dijo el experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México, Javier Oliva.

Y advirtió que no se pueden descartar atentados contra candidatos, teniendo en cuenta el caso de Torre.

Más de 42.000 personas han muerto desde que asumió Calderón, en su mayoría por enfrentamientos entre sicarios de los cárteles, que luchan por las rutas de las drogas que introducen a Estados Unidos pero que en los últimos años también se dedican a secuestros, extorsiones y tráfico de personas.

Autores

Reuters