De acuerdo con el informe de la Fundación Paz y Reconciliación, las acciones ofensivas de las FARC durante el 2014 bajaron 40% y el desplazamiento se redujo en 57% a 97.453 personas forzadas a salir de sus tierras desde 228.526 en el 2013.
Bogotá. El diálogo de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC evitó que unas 5.000 personas murieran o resultaran heridas en 2014 por la disminución de hechos vinculados con la confrontación, abriendo la esperanza para que el país silencie definitivamente los fusiles, reveló este miércoles un informe.
El gobierno del presidente Juan Manuel Santos mantiene desde hace más de dos años una negociación de paz en Cuba con las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), dirigida a poner fin al conflicto armado que ha dejado 220.000 muertos y millones de desplazados en más de medio siglo.
Las conversaciones han avanzado en medio de la confrontación ante la negativa del gobierno de pactar un cese bilateral del fuego, pese a que las FARC declararon una tregua unilateral e indefinida desde el pasado 20 de diciembre.
"Por primera vez se registra una baja de la actividad armada. Nos hemos evitado cerca de 5.000 muertos o heridos entre combatientes y civiles por efecto de esta negociación", dijo León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación, en la presentación del informe "Lo que hemos ganado".
"Eso es un adelanto, un primer sorbo de paz, una muestra de lo que podemos alcanzar si se logra la paz", agregó al explicar que las estadísticas muestran que por cada combatiente muerto o herido se lesiona de la misma forma a cuatro civiles.
De acuerdo con el informe, las acciones ofensivas de las FARC durante el 2014 bajaron 40% y el desplazamiento se redujo en 57% a 97.453 personas forzadas a salir de sus tierras desde 228.526 en el 2013.
Además de la cantidad de muertos y heridos en combates y ataques, bajaron los secuestros por parte de las FARC, aunque aumentaron las extorsiones y la voladura de oleoductos.
Resultados de las treguas. El informe atribuyó la reducción de la intensidad del conflicto a la tregua unilateral de 56 días que declararon las FARC para las elecciones legislativas y presidenciales, que permitió unos comicios sin violencia contra candidatos y electores.
Aunque Santos ahora contempla la posibilidad de acordar un cese bilateral con las FARC antes de la firma de un acuerdo, en el pasado sostuvo que era peligroso hacerlo porque la guerrilla podría aprovecharlo para fortalecerse militarmente y prolongar indefinidamente la negociación.
En los diálogos de Cuba, que han logrado más avances que todos los esfuerzos anteriores para la paz, las partes han llegado a acuerdos parciales para dar acceso a la tierra a los campesinos pobres, facilitar la transformación de la guerrilla en un partido político y combatir el narcotráfico.
Todavía quedan pendientes complejos asuntos como la compensación a las víctimas y el fin del conflicto. Una vez que se alcance un acuerdo, los colombianos deben aprobarlo en una consulta o un referendo.
Pese al panorama favorable, el informe alertó sobre un incremento de las acciones ofensivas del Ejército de Liberación Nacional (ELN), el segundo grupo rebelde con el que el gobierno mantiene conversaciones exploratorias para fijar las bases que permitan iniciar una negociación separada a la de las FARC.
Valencia dijo que el ELN aumentó en el último año sus ataques, combates y secuestros, al tiempo que reapareció en territorios de los que había sido expulsado por la ofensiva militar del gobierno, en una aparente estrategia para llegar fortalecido a una mesa de negociación.