Los cargos anunciados por el fiscal General Avichai Mandelblit son los primeros contra un primer ministro israelí en funciones y suponen la crisis más grave para Netanyahu en su larga carrera política.
Jerusalén.- El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fue acusado el jueves de corrupción, lo que profundizaba la incertidumbre sobre quién liderará finalmente un país que atraviesa por un profundo desorden político después de que este año dos elecciones terminaran sin un resultado definitivo.
Los cargos anunciados por el fiscal General Avichai Mandelblit son los primeros contra un primer ministro israelí en funciones y suponen la crisis más grave para Netanyahu en su larga carrera política.
El político derechista fue acusado de abuso de confianza y fraude en tres casos de corrupción en su contra, así como de soborno en una de las investigaciones, según una hoja de cargos publicada por el Ministerio de Justicia.
Netanyahu, que ha encabezado el gobierno desde 2009 y ha dominado la política israelí durante una generación, negó haber actuado mal en los tres casos de corrupción, diciendo que es víctima de una operación política.
El primer ministro no tiene la obligación legal de renunciar si se le acusa, y la apertura de un juicio podría retrasarse durante meses por las nuevas elecciones, además de algún paso de Netanyahu para conseguir inmunidad parlamentaria.
Netanyahu sostuvo que las acusaciones de corrupción en su contra equivalían a un golpe de Estado y que los investigadores “no estaban detrás de la verdad, sino detrás de mí”.
Netanyahu se podría enfrentar hasta 10 años de prisión si es declarado culpable de soborno y a un máximo de tres años por fraude y abuso de confianza.
Se sospecha que Netanyahu aceptó obsequios por valor de US$264.000, que según los fiscales incluyeron cigarros y champán, de magnates, y habría dispensado favores para recibir una mejor cobertura del periódico más vendido de Israel, Yedioth Ahronoth, y del sitio web Walla.
Más temprano el jueves, el presidente de Israel pidió a los legisladores que nombren a un candidato para formar un gobierno, después de que ni Netanyahu ni su rival Benny Gantz lo consiguieran, una situación que probablemente conducirá a las terceras elecciones en un año.
“Estos son días duros y oscuros en los anales del Estado de Israel”, dijo el presidente Reuven Rivlin cuando anunció que el centrista Gantz no había logrado reunir suficiente apoyo para formar una coalición estable, tras el intento fallido del conservador Netanyahu.
El largo estancamiento ocurre cuando Israel se enfrenta a un momento especialmente complicado.
Su conflicto con Irán ha escalado. Aviones de combate israelíes alcanzaron objetivos iraníes en Siria el miércoles, después de que cohetes fueron disparados a Israel, mientras que el problema palestino sigue sin resolverse y la violencia ha estallado de nuevo.
El gabinete provisional de Netanyahu no ha podido cerrar un déficit en las finanzas del gobierno, que se incrementó el año pasado. Además, las relaciones entre la mayoría judía de Israel y su minoría árabe, y las de israelíes seculares y judíos ultraortodoxos, también son fuente de conflicto.