Buscando capitalizar el descontento generado por la política económica de Macri, el exministro de Economía Roberto Lavagna, está tejiendo alianzas con facciones del peronismo, socialistas y con socialdemócratas para competir por la presidencia.
Buenos Aires. Cuando el empresario Mauricio Macri ganó los comicios presidenciales de 2015, muchos argentinos respiraron aliviados.
Cansados entonces del estilo verticalista, confrontativo y el fuerte control estatal de la economía impuestos por la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner, la mayoría apostó a un regreso a las políticas liberales.
Pero cuatro años después, las dificultades para contener la crisis económica y la sensación de que Macri gobierna sin preocuparse por la creciente pobreza generó malestar en buena parte del electorado, que ahora rechaza las dos gestiones.
Buscando ocupar ese hueco y capitalizando el descontento, el exministro de Economía Roberto Lavagna, un peronista moderado, está tejiendo alianzas con facciones del peronismo, socialistas y con socialdemócratas para competir por la presidencia.
"Se busca generar una alternativa de futuro que le escape a los dos extremos que han estado dominando la política argentina en los últimos ocho años", dijo Lavagna este martes en una reunión con corresponsales extranjeros. "No al ajuste (de Macri), no a la intervención indiscriminada del Gobierno anterior".
Reconocido por su trayectoria como economista y su honestidad, Lavagna, de 77 años, ya tuvo que lidiar con un período de crisis cuando asumió en 2002 el Ministerio de Economía en plena debacle. Y salió airoso.
"Lavagna haría realmente un Gobierno de transición. Llegaría al Gobierno con 77 años y se iría con 81. Además de ser un hombre moderado, de centro, un piloto de tormentas", dijo un excompañero suyo de Gabinete que pidió el anonimato, que hoy milita en el partido de Fernández.
Sin embargo, la fuente apuntó que el exministro no cuenta con suficiente popularidad -especialmente entre los votantes menores de 30 años- como para llegar sin alianzas a la presidencia.
Como ministro de Economía, Lavagna impulsó el crecimiento del mercado doméstico tras la profunda devaluación que había sufrido la moneda, lo que alimentó un crecimiento de la economía a tasas chinas durante años.
Además, encabezó una reestructuración de la deuda de Argentina, que meses antes había declarado la mayor cesación de pagos de la historia por cerca de US$100.000 millones.
Ante los corresponsales extranjeros, Lavagna confirmó que si fuera electo presidente buscará avivar el consumo para impulsar la economía. Además intentaría renegociar los términos del acuerdo que Argentina firmó con el Fondo Monetario Internacional en 2018 por una línea de crédito por US$56.300 millones.
Hasta ahora, solo el presidente Macri confirmó su candidatura presidencial, pero se espera que Fernández también compita. Un asesor cercano a Lavagna dijo que el exministro podría tomarse hasta junio -cuando vence el plazo para presentar postulaciones- para definir su candidatura.
Aunque comparte con economistas del partido de Fernández el principio de que el mercado domestico debe ser el impulsor de la economía, Lavagna se ha mostrado distante de la expresidenta por consejo de sus asesores, que estiman que los casos de corrupción que envuelven a la exmandataria puede afectarlo.
Difícil primera ronda. Fernández y Macri ofrecen estilos y modelos económicos opuestos, pero los dos tienen una intención de voto cercana al 30%. También un rechazo cercano al 60%.
La mayoría de los analistas considera que los dos perderían ante un candidato moderado en un casi seguro balotaje, pero también concuerdan en que un tercer rival difícilmente podría quitarles su lugar en la segunda ronda prevista para noviembre.
Para evitar el balotaje, el candidato ganador debe obtener el 45% del total de votos o el 40% de los votos y una diferencia de 10 puntos sobre el segundo.
Según el último sondeo de la consultora Management & Fit, Fernández tiene una intención de voto del 30%, Macri del 28 y Lavagna del 11,5.
Si a los votos de Lavagna se suman los de los demás precandidatos del peronismo moderado, la coalición alcanzaría en total el 24,3% de los sufragios, que eventualmente podrían apoyar al exministro. Quienes lo impulsan creen que su popularidad subiría una vez decidida su candidatura.
Según los datos de Management & Fit, Lavagna es uno de los dos políticos -el otro es la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal- que tienen mayor imagen pública positiva que negativa, lo que explica por qué podría vencer a Macri o Fernández en un balotaje.
"Si a fines de mayo (los peronistas moderados, incluyendo a Lavagna) alcanzan 30 puntos, hay chances de que sigan creciendo, si no, la elección se va a polarizar más entre Macri y Cristina", dijo a Reuters Mariel Fornoni, la directora de Management & Fit.