El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela sometió a votación el nombramiento de sus candidatos para los comicios legislativos del próximo 6 de diciembre. La oposición tachó de farsa ese proceso.
Este domingo, el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) sometió a votación popular el nombramiento de sus candidatos para los comicios parlamentarios del próximo 6 de diciembre. El jefe de Estado de ese país caribeño, Nicolás Maduro, aseguró que el número de personas que fueron a las urnas –poco más de 3 millones, según el oficialismo– había duplicado al de las últimas elecciones primarias.
Por su parte, Henrique Capriles Radonski, quien fue candidato presidencial de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) –la coalición de partidos opositores venezolanos– en dos ocasiones, describió el proceso como una farsa, alegando que la cúpula del PSUV nombró a dedo a sus candidatos para los comicios legislativos hace ya mucho tiempo y que este 28 de junio sólo se simuló la consumación de una elección directa.
Disidencia interna. Ese reproche es secundado por analistas como Héctor Briceño, profesor del Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES), en Caracas, quien publicó recientemente un artículo sobre la diversificación de las identidades del electorado venezolano titulado Chavistas no maduristas y exchavistas: los nuevos actores políticos. “La élite chavista sabe que ese proceso de despolarización está teniendo lugar”, cuenta Briceño.
“Es por eso que el PSUV le ha puesto trabas institucionales a los brotes de disidencia en el chavismo. Como muestra, un botón: a Marea Socialista, una facción que se deslindó del PSUV, se le impidió inscribirse como partido autónomo en el Consejo Nacional Electoral (CNE). Y el actual presidente de la Asamblea Nacional, Diosado Cabello, ha dejado claro que las visiones alternativas del chavismo no serán toleradas”, dice el experto.
Un mismo panal. “Hace ya unos tres meses se realizó un proceso de postulaciones en las llamadas Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCh) en el que se registraron 9.000 aspirantes. No obstante, nunca se supo cómo funcionó la ronda eliminatoria que redujo esa cifra a los 1.162 candidatos elegibles este 28 de junio. Cabe pensar que ese proceso le permitió a la cúpula del PSUV identificar y neutralizar a los disidentes”, sostiene Briceño.
“Este domingo, los pre-candidatos más conspicuos del oficialismo eran figuras fuertes, con arraigo en el Gobierno y leales a la dupla Maduro-Cabello”, acota el catedrático del CENDES. Fernando Mires, profesor emérito de la Universidad de Oldenburg, coincide con Briceño: “Todos los pre-candidatos del PSUV actuaron como abejas de un mismo panal”, comenta este conocedor del acontecer venezolano.
Anuncios controvertidos. “Y aunque algunos juran que las elecciones primarias del PSUV fueron un fracaso, el Gobierno consiguió que fuera más gente de la que se esperaba a las urnas, clamando a los cuatro vientos que sus miembros conocían la identidad de quienes habían votado y quienes no”, señala Mires. Esas declaraciones, hechas por Maduro y su jefe de campaña, Jorge Rodríguez, constituyen sólo uno de los anuncios oficiales criticados por la oposición.
El 25 de junio –un mes después de que la MUD celebrara sus propias elecciones primarias–, el CNE anunció que debe haber entre un 40 y un 50 por ciento de mujeres en las listas de los candidatos para los comicios legislativos. La oposición atribuyó a una “maniobra chavista” la instrumentalización de la paridad de género para cambiar extemporáneamente las “reglas del juego” y restringir sus posibilidades de éxito electoral.