En una cumbre de la OEA, el ex presidente hondureño habría logrado que sus aliados del ALBA, como los gobernantes de Venezuela, Cuba y Nicaragua, aprobaran una moción estadounidense sobre la incorporación de la isla al organismo.
Según los último cables filtrados por WikiLeaks, días antes del golpe de Estado que lo derrocó, en junio de 2009, el presidente hondureño de Honduras, Manuel Zelaya, hizo tareas de “doble agente” de EE.UU. ante la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA).
Un cable del departamento de Estado de EE.UU, la embajada de ese país en Tegucigalpa se refiere al borrador aprobado en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se efectuó a principios de junio en Honduras, como "nuestro texto".
Dicho material fue presentado por el propio Zelaya, quien logró el apoyo de Fidel Castro, Chávez y los
líderes del ALBA, quienes desconocían el origen del borrador.
Algo que despertó las desconfianzas de Washington en la relación entre Zelaya y el gobierno venezolano fue la firma de un acuerdo comercial con Venezuela a través de Petrocaribe.
El carburante venezolano daría a Zelaya la liquidez necesaria para sus dos últimos años de gobierno y así enfrentar mejor sus posibilidades de reelección o de su candidata, informó El País.
En un cable confidencial enviado a Washington el 28 de enero, la embajada dice que una de las exigencias de Chávez para concretar el acuerdo era que Honduras dejara de considerar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) un grupo terrorista.
Según la versión de prensa, aunque Manuel Zelaya empezó a jugar en el bando del venezolano Hugo Chávez, del nicaraguense Daniel Ortega, del ecuatoriano Rafael Correa y del boliviano Evo Morales, no dejó de mantener vínculos estrechos con Estados Unidos.
En este contexto, durante la cumbre de la OEA en Honduras, los países del ALBA presentaron para su aprobación un borrador para lograr la admisión de Cuba en la organización.
Frente a ello, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, propuso levantar la prohibición a Cuba siempre y cuando La Habana se adhiriera a los principios de la OEA.
Fue justamente Zelaya quien medió entre EE.UU. y los países del ALBA sobre el punto, e incluso habló con Fidel Castro.
De acuerdo a lo que desvela el cable, el borrador que aceptó Castro, Chávez y Ortega era el redactado por EE.UU.