Presos de la cárcel Caico en el estado de Rio Grande do Norte lucharon, quemaron colchones y rompieron parte del techo de una de las unidades de la penitenciaría antes de ser controlados por los guardias, dijo un portavoz de la secretaría de seguridad local. Cinco reclusos resultaron heridos.
Río de Janeiro/Sao Paulo. Al menos un preso murió en otro enfrentamiento entre bandas de narcotraficantes en una prisión del noreste de Brasil durante la noche del miércoles, informaron el jueves las autoridades, en un nuevo episodio de una saga de violencia carcelaria que ha causado la muerte de unos 140 reclusos en menos de tres semanas.
Presos de la cárcel Caico en el estado de Rio Grande do Norte lucharon, quemaron colchones y rompieron parte del techo de una de las unidades de la penitenciaría antes de ser controlados por los guardias, dijo un portavoz de la secretaría de seguridad local. Cinco reclusos resultaron heridos.
Cientos de prisioneros también se enfrentaban el jueves dentro de otra cárcel de Rio Grande do Norte, en la que esta semana fueron asesinados otros 26 reclusos a manos de miembros de bandas narcotraficantes rivales, mostraron imágenes de televisión.
La policía disparaba balas de goma y lanzaba gases lacrimógenos en la prisión de Alcacuz en el noreste brasileño, mientras helicópteros sobrevolaban el lugar. Los presos montaron barricadas, mientras lanzaban palos y piedras. Algunos policías al parecer disparaban balas de plomo desde una torre de control, aunque no había reportes inmediatos de muertos o heridos.
Brasil vive una ola de enfrentamientos letales entre bandas de narcotraficantes en las cárceles del norte y noreste del país desde que comenzó el año. Al menos 140 prisioneros murieron, muchos decapitados o mutilados.
Los enfrentamientos son resultado de una división en la banda narco más poderosa de Brasil, el Primer Comando Capital (PCC), y la segunda pandilla más poderosa, el Comando Rojo.
Los disturbios y masacres comenzaron el 1 de enero con un enfrentamiento en una prisión de Manaos, en el estado de Amazonas, donde la poderosa banda Familia Norte mató a 56 presos, en su mayoría miembros del PCC. Familia Norte controla una ruta de la cocaína con conexión con Colombia y Perú, los dos mayores productores de esa droga.
El PCC se vengó cinco días después masacrando a 33 prisioneros en la cárcel de Monte Cristo en el estado de Roraima.