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Nuevo presidente cubano: ¿líder de un cambio o títere de Castro?
Jueves, Abril 19, 2018 - 08:40

Aunque los Castro dejan la presidencia, por primera vez cubanos de la isla y el exilio coinciden: la elección del delfín de Raúl es una imposición que no cambiará nada la atrincherada política del castrismo.

La Habana. Miguel Díaz Canel es "el hombre”, dicen los cubanos en la isla. Su "cercanía a la gente”, el impacto popular que tuvo su período como Primer Secretario del Partido en Santa Clara, y su activa presencia como vicepresidente en las catástrofes durante los huracanes o en importantes eventos internacionales, ha sido parte de la estrategia de Raúl Castro para establecerlo como el candidato "ideal” para la dirección del país que, por primera vez en casi 60 años, no tendrá un presidente de apellido Castro. Esa decisión, como dice la oposición, "a dedo”, se confirmó cuando en las votaciones más recientes de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Díaz Canel obtuvo el 92,85% de los votos, sólo superado por el propio Raúl, que fue votado por el 98,77 de los delegados.

Dentro de la isla, quienes siguen la línea de reformar el socialismo cubano desde las instituciones políticas, apuestan por Díaz Canel como "hombre del cambio”, desconociendo que su poder real estará limitado, en lo netamente político, porque Raúl Castro continuará hasta el 2021 (o al menos hasta que su salud se lo permita) al frente del Partido Comunista, órgano rector de la sociedad cubana, según establece la Constitución. En lo militar, por el control que sobre ese sector y sobre los servicios de inteligencia y seguridad nacional ostenta actualmente Alejandro Castro Espín, hijo de Raúl; y en lo económico por el monopolio del Grupo GAESA, que controla casi toda la economía minorista y el turismo. Por otro lado, la oposición en la isla y en el exilio lo considera una simple marioneta.

¿Quién es realmente Díaz Canel? Aunque la mayoría de los cubanos lo consideran "el elegido” para esta nueva etapa, Díaz Canel ha ido demostrando en los dos últimos años que está dispuesto a servir al castrismo con una fidelidad absoluta. Con 57 años, su porte atlético y un muy estudiado histrionismo en los momentos en que se acerca a la gente, sobre este antiguo profesor universitario muchos cubanos dicen que "es un tipo chévere”, "que es un hombre amantísimo con su esposa Lis Cuesta”, "que hasta se toma traguitos de ron con la gente simple del pueblo”, e incluso que, a tono de las últimas modas deportivas en Cuba, "fue quien decidió trasmitir los partidos de futbol en vivo en la televisión” y que "es fanático del Barça”. Para otros muchos cubanos, sin embargo, es sólo una figuras decorativa en una estructura ideológica y política que, aseguran, continuará la herencia de Fidel y Raúl.

Curiosamente, Raúl saldrá de la presidencia el 19 de abril, fecha histórica para la isla, pues fue ese día la derrota de la invasión por Bahía de Cochinos, en 1961, considerada por el gobierno cubano como la "Primera Derrota del Imperialismo en América”. Pero esa fecha será también hsitórica para Díaz Canel, ya que cumplirá 58 años el 20 de abril, ya convertido en el primer presidente de la que todos los analistas consideran "la era neocastrista”.

Curiosamente, Raúl saldrá de la presidencia el 19 de abril, fecha histórica para la isla, pues fue ese día la derrota de la invasión por Bahía de Cochinos, en 1961, considerada por el gobierno cubano como la "Primera Derrota del Imperialismo en América”. Pero esa fecha será también hsitórica para Díaz Canel, ya que cumplirá 58 años el 20 de abril, ya convertido en el primer presidente de la que todos los analistas consideran "la era neocastrista”.

Díaz Canel y el neocastrismo. La ideología del neocastrismo es el dinero. Sin embargo, durante su consolidación en la "era raulista”, han simulado un apego fanático a la ideología del "fidelismo” y, dando una marcha atrás a varias de las más importantes "aperturas” con las que Raúl Castro intentó maquillar la cara negra de la Revolución ante el mundo, han utilizado las estrategias represivas y propagandísticas tradicionales del castrismo como plataforma para mantener el apoyo de los sectores más conservadores del gobierno y de los partidarios fidelistas en el pueblo.

Una pieza elemental en esa nueva estrategia ha sido la figura de Díaz Canel en sus funciones de vicepresidente, cargo al que ascendió por su cercanía a Raúl en una meteórica carrera que lo llevó de ser segundo secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas en 1990 a Primer Secretario del Partido en Villa Clara (1994) y Holguín (2003); de allí, a Ministro de Educación Superior en 2009, y a la vicepresidencia en 2013. Su actuación y sus discursos en los últimos tiempos muestran que, consolidada ya la sucesión de los neocastristas a los que él sirve, sus metas como futuro presidente son mantener la mano dura, la ausencia de diálogo con la oposición y la táctica de enfrentamiento con Estados Unidos que caracterizó el mandato de Fidel Castro. 

Autores

Deutsche Welle