En su primer discurso semanal desde las elecciones legislativas del martes, Obama reiteró que los recortes de impuestos de la era del ex presidente George W. Bush debían declararse permanentes para la clase media antes de que expiren a fin de año.
Washington. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dio este sábado su señal más clara de un posible compromiso con los republicanos que podría evitar un aumento de impuestos en enero para todos los estadounidenses, incluso los más ricos.
En su primer discurso semanal por radio desde que sus demócratas sufrieron grandes derrotas en las elecciones legislativas el martes, Obama reiteró que los recortes de impuestos de la era del ex presidente George W. Bush debían declararse permanentes para la clase media antes de que expiren a fin de año.
Pero aunque insistió en que los recortes para los estadounidenses más ricos no deberían ser permanentes debido a un impacto de US$700.000 millones sobre el déficit durante la próxima década, dejó la puerta abierta a una extensión temporal.
"Creo que hay espacio para que nos comprometamos y lo hagamos juntos", dijo Obama, anticipando la postura negociadora de su administración cuando el actual Congreso retorne más adelante este mes a su sesión final.
Fue la última señal de que Obama podría ceder terreno en la batalla por los impuestos, que podría probar la nueva dinámica en Washington después que los republicanos lograron el control de la Cámara de Representantes y debilitaron la mayoría demócrata en el Senado.
El tono conciliador se produce después que Obama sostuvo fervientemente por meses que el país no podía permitirse mantener bajas las tasas de impuestos de las personas con ingresos superiores a US$200.000.
Los indicios de un posible compromiso de los demócratas apuntan a que éstos lograrían una extensión permanente para la clase media junto con una extensión temporal - posiblemente por un año o más - de reducciones fiscales de los que tienen mayores rentas.
Los republicanos, alentados por sus victorias electorales y prometiendo bloquear la agenda de Obama, han adoptado una línea más dura para hacer permanentes para todos los estadounidenses, incluyendo los más ricos, los recortes de impuestos puestos en vigor bajo el mandato de Bush.
Obama, por su parte, dejó claro que no quiere que las tasas para los estadounidenses más ricos sean más bajas de forma permanente, pero no llegó a decir que se opondría a un arreglo temporal.
"Creo que no podemos permitirnos tomar prestado y gastar otros US$700.000 millones en recortes fiscales permanentes para millonarios y multimillonarios", dijo.
El mandatario se reunirá con líderes demócratas y republicanos el 18 de noviembre en la Casa Blanca para discutir el asunto.