En Buenos Aires, el presidente estadounidense, Barack Obama, elogió los cambios de libre mercado del Gobierno de Argentina, al que consideró un "ejemplo" para Latinoamérica.
Buenos Aires. Estados Unidos y Argentina relanzaron este miércoles sus relaciones con promesas de aumentar el comercio y cooperar contra el terrorismo, en un giro diplomático después de más de una década de rispideces en la que el país sudamericano fue un pilar de la izquierda en la región.
Durante una conferencia de prensa que ofrecieron en conjunto los mandatarios de los dos países, el presidente estadounidense, Barack Obama, elogió los cambios de libre mercado del Gobierno de Argentina, al que consideró un "ejemplo" para Latinoamérica.
Los gobiernos firmaron declaraciones de cooperación en comercio, defensa de los derechos humanos y combate al narcotráfico y el terrorismo, consolidando el impulso simbólico que representa la visita para Mauricio Macri, el nuevo presidente de centroderecha de la nación sudamericana.
"Estoy impresionado porque él (Macri) se ha movido rápidamente en muchas de las reformas que prometió, para generar un crecimiento económico sustentable e inclusivo, para reconectar a Argentina con la economía global y la comunidad mundial", dijo Obama desde la casa de Gobierno del país austral.
El viaje de Obama llega en un momento de declive de las centroizquierdas que han gobernado varios países sudamericanos en la última década, y su apoyo a la nueva gestión de Argentina es considerado por algunos como parte de una alianza estratégica en la región.
Obama mantuvo por años una tensa relación con la ex presidenta Cristina Fernández, una aliada del fallecido líder venezolano Hugo Chávez que profundizó las relaciones comerciales con China. Más de una vez Fernández atacó verbalmente a funcionarios estadounidenses y Obama la desairó en reuniones regionales.
El avión presidencial estadounidense llegó el miércoles a Buenos Aires proveniente de Cuba, donde Obama protagonizó una histórica visita.
Bajo un soleado día de otoño, cientos de argentinos se acercaron para ver el paso del convoy de Obama por el centro de Buenos Aires y muchos incluso subieron a balcones y terrazas de edificios cercanos para tomar imágenes.
Más tarde, el mandatario estadounidense visitará la catedral donde el Papa Francisco solía ofrecer misa cuando era arzobispo de Buenos Aires y se reunirá con jóvenes emprendedores.
Nuevo rumbo económico. La visita se inscribe en el proceso de apertura de la economía argentina, con la que el Gobierno busca dar impulso a una actividad estancada desde hace años debido a la falta de inversiones. Con un abultado déficit fiscal y una inflación de dos dígitos, la llegada de capitales es una urgencia para las autoridades.
"La Argentina tiene mucho para ofrecer y hoy tiene un bajísimo intercambio con los Estados Unidos", afirmó Macri durante la conferencia de prensa, y llamó a "potenciar más las inversiones" estadounidenses en el país.
En sus primeros 100 días en el poder Macri desmanteló controles de capital y a las exportaciones, recortó los subsidios energéticos y cerró acuerdos con acreedores de deuda impaga en Estados Unidos. Funcionarios estadounidenses dicen que Obama está impresionado por el ritmo de las reformas.
"En una muestra de confianza en la nueva dirección de Argentina, muchos hombres de negocios de Estados Unidos están anunciando decenas de millones en nuevas inversiones aquí en Argentina", dijo Obama.
Aunque muchos argentinos no tenían una imagen positiva de Estados Unidos en años recientes -cuando George W. Bush estuvo en el país en el 2004 fue el blanco de feroces protestas-, la situación parece haber cambiado.
Una encuesta de la consultora Poliarquía muestra que el 53 por ciento de los argentinos considera beneficiosa la visita de Obama, mientras que el 45 por ciento de los encuestados tiene una imagen positiva de Estados Unidos frente al 29 por ciento del 2008.
"La visita es muy positiva para el país. Puede traer apertura económica, posibilidades de inversión, otra mirada al mundo", Antonio Moresi, un ingeniero civil, 59 años.
Sin embargo, Obama será el blanco de protestas de la izquierda y de organismos de derechos humanos, que el 24 de marzo conmemorarán el 40 aniversario del golpe de Estado que llevó al poder a una sangrienta dictadura militar, inicialmente apoyada por Estados Unidos.
El presidente estadounidense, que recientemente accedió a desclasificar archivos de inteligencia sobre esa cruenta dictadura, visitará el Parque de la Memoria en honor a los desaparecidos bajo ese oscuro período.
Durante el encuentro con la prensa, Obama dijo que Estados Unidos derrotará al grupo insurgente Estado Islámico y llamó al mundo a unirse contra el terrorismo.