Mientras promulgaba los cambios finales al plan aprobado por legisladores, el mandatario aprovechó la ocasión para seguir promocionando la reforma entre los más escépticos.
Alexandria, Estados Unidos. El presidente estadounidense, Barack Obama, hizo otro esfuerzo el martes para promocionar su reforma de salud ante el público escéptico, calificándola como una victoria sobre intereses especiales que mejorarán las vidas de estadounidenses de clase media.
Además, el mandatario defendió el "coraje" de los legisladores que apoyaron el proyecto de ley. "Este día ratifica nuestra capacidad para sobrellevar los desafíos de nuestros tiempos", dijo Obama a una audiencia universitaria afuera de Washington, mientras promulgaba los cambios finales al plan aprobado por legisladores la semana pasada, junto a reformas a los préstamos a estudiantes universitarios.
La firma del proyecto puso fin a una lucha de un año entre los demócratas de Obama y la oposición republicana, que estableció el escenario para una amarga campaña por el control del Congreso en las elecciones de noviembre.
Los republicanos prometieron volver al proyecto de ley de salud la pieza central de la batalla electoral mientras intentan revocarla.
Obama defendió a los legisladores que votaron a favor del proyecto de ley, el más amplio cambio en las políticas sociales estadounidenses en décadas, y apuntó a lo que calificó como ataques erróneos.
"El coraje es un ingrediente esencial en cualquier legislación histórica, particularmente cuando los ataques son tan feroces, implacables e inexactos como fueron durante el año pasado. Sólo quiero elogiar a los miembros del Congreso que tuvieron el coraje para hacer lo correcto", declaró el presidente.
Sin embargo, las encuestas de opinión muestran que Obama y sus demócratas tendrán que trabajar duro para promocionar la reforma de US$940.000 millones, a 10 años.
Cerca de dos tercios de los estadounidenses dicen que los costos de la reforma son muy altos y expande demasiado el rol estatal, según una encuesta USA Today/Gallup publicada el martes.
El 65% de los estadounidenses cree que las reformas cuestan demasiado y el 64% dice que traen mucha participación gubernamental a una industria privada, señaló el sondeo.
En una entrevista emitida el martes, Obama reconoció que se necesitarán ajustes en la ley para reducir los costos. "Pienso que es un primer paso crucial para hacer un sistema de salud que funcione para todos los estadounidenses", dijo Obama en una entrevista con el programa "Today" de NBC.
"No será la única cosa. Aún tendremos ajustes que deben hacerse para reducir todavía más los costos", agregó el mandatario. Las empresas estadounidenses comenzaron a aumentar el impacto del golpe financiero que dicen tendrán que enfrentar debido a la ley.
El gobierno aún paga subsidios a grandes empresas para ayudar a pagar la prescripción de beneficios de medicamentos a sus largas filas de jubilados, pero la nueva ley no permite a las corporaciones deducir el monto de los subsidios de sus ingresos imponibles.