Más del 95 % de los habitantes de Crimea se pronunció en esa consulta a favor de integrarse a Rusia.
Washington. El presidente de EE.UU., Barack Obama, ordenó este lunes duras sanciones contra siete altos funcionarios rusos por el referendo de anexión celebrado en Crimea, del que reiteró que "no será reconocido" por la comunidad internacional, y prometió más medidas, si el Kremlin sigue "interfiriendo" en Ucrania.
Además de esas sanciones, las más significativas impuestas a Rusia desde la Guerra Fría, según los analistas, el Departamento del Tesoro anunció otras similares contra cuatro ucranianos, entre ellos el depuesto presidente Víktor Yanukóvich y dos líderes separatistas de Crimea.
"Si Rusia continúa interfiriendo en Ucrania, estamos dispuestos a imponer más sanciones", advirtió Obama en una comparecencia en la sala de prensa de la Casa Blanca.
El referendo celebrado este domingo en la república autónoma ucraniana de Crimea sobre su reincorporación a Rusia fue "una clara violación" de la Constitución de Ucrania y del derecho internacional y, por tanto, "no será reconocido por la comunidad internacional", reiteró Obama.
Más del 95 % de los habitantes de Crimea se pronunció en esa consulta a favor de integrarse a Rusia.
El Gobierno ruso, ajeno al rechazo de la comunidad internacional, anunció hoy que reconocerá la independencia de esa península.
"Vamos a seguir dejando claro a Rusia que más provocaciones no lograrán nada, excepto aislar aún más" a Moscú, subrayó el mandatario estadounidense.
De cara al futuro, "vamos a calibrar nuestra respuesta en función de si Rusia decide escalar o no la situación", señaló también Obama.
El mandatario volvió a mostrarse confiado en lograr una solución diplomática al conflicto de una forma que beneficie a los "intereses" tanto de Rusia como de Ucrania.
Sin embargo, afirmó que para ello es necesario que Rusia retire sus tropas de Crimea, acepte el despliegue de observadores internacionales y entable un diálogo con el nuevo Gobierno de Ucrania.
Entre los rusos sancionados hoy por el Gobierno de Obama están Vladislav Surkov y Serguéi Gláziev, asesores del presidente Vladímir Putin, la presidenta del Consejo de la Federación (Senado), Valentina Matvienko, y el viceprimer ministro Dmktri Rogozin, exembajador de Moscú ante la Alianza Atlántica (OTAN).
También algunos de los individuos más críticos con la postura de Occidente en la Duma (Parlamento ruso) y responsables de legislaciones que han sido criticadas por Washington.
Las sanciones tienen como objetivo los activos privados de esas personas, que para EE.UU. han tenido un papel clave en la crisis, no los de las empresas que gestionan.
Por la parte ucraniana destaca la inclusión en la lista de un amigo personal de Putin: Víktor Medvedchuck, líder de un movimiento político a favor de estrechar las relaciones con Rusia y hombre duro de la cúpula de poder de Yanukóvich.
Putin no figura entre los afectados por la orden ejecutiva emitida por Obama, dado que es "altamente inusual" y "bastante extraordinario" para Estados Unidos "sancionar al jefe de Gobierno de otro país", argumentó bajo la condición del anonimato un alto funcionario de la Casa Blanca en una conferencia telefónica con los periodistas.
No obstante, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, no descartó luego en su rueda de prensa diaria que Putin pueda estar en un futuro entre los sancionados si la crisis continúa agudizándose.
Carney dijo, además, que el Gobierno está examinando "toda clase de posibilidades" para apoyar a Ucrania, entre ellas la asistencia militar, algo que reclaman con insistencia desde hace días influyentes senadores como el republicano John McCain.
McCain criticó hoy, en declaraciones a la cadena MSNBC, la "timidez" de las sanciones anunciadas por Obama y propuso enviar una delegación de militares estadounidenses a Kiev para evaluar cómo dar el mayor apoyo posible al nuevo Gobierno interino ucraniano.
Mientras, el vicepresidente Joe Biden se dispone a viajar en las próximas horas a Polonia y Lituania para abordar la crisis en Ucrania con esos países y con los mandatarios de Estonia y Letonia, además de reafirmar la unidad de la OTAN frente a Rusia, según adelantó Obama.
El viaje de Biden se produce una semana antes de que el propio Obama visite Europa para participar en una cumbre de seguridad nuclear en Holanda, otra cumbre con la Unión Europea (UE) en Bruselas, y visitar Roma y el Vaticano.
"Nuestro mensaje será claro: como aliados de la OTAN tenemos un compromiso solemne con nuestra defensa colectiva y mantendremos ese compromiso", subrayó hoy Obama.