El debate de este lunes estará dividido en seis segmentos: el papel de Estados Unidos en el mundo, la guerra en Afganistán, Israel e Irán, el cambio en Oriente Medio, terrorismo y el ascenso de China en el escenario global.
Boca Ratón. El presidente Barack Obama y el republicano Mitt Romney se enfrentarán este lunes ante las cámaras en un tercer y último debate, cerca del final de una campaña presidencial en Estados Unidos que ha estado marcada por enfrentamientos memorables.
A 15 días de que los estadounidenses acudan a las urnas el 6 de noviembre, ambos candidatos abordarán temas de política exterior en su último encuentro en la Lynn University, en Boca Ratón, Florida.
El evento de 90 minutos se inicia a las 21:00 hora local (0100 GMT del martes) y será moderado por Bob Schieffer, de la cadena CBS.
Hay mucho en juego en este debate debido a lo parejo que están ambos candidatos en las encuestas. Los debates presidenciales no han sido históricamente relevantes, pero este año han tenido un importante impacto.
Romney se encontraba tambaleante por una serie de tropiezos antes del primer debate en Denver el 3 de octubre, pero su sólido desempeño frente a las cámaras cambió el curso de la carrera y logró superar a Obama en las encuestas.
El candidato demócrata se recuperó en el segundo encuentro celebrado el 16 de octubre y superó a Romney en un fuerte intercambio de palabras sobre un atentado perpetrado en Libia en septiembre contra la embajada estadounidense.
Sin embargo, pese al esfuerzo del presidente, la última encuesta publicada el domingo por NBC News/Wall Street Journal mostró que el demócrata y el republicano se encuentran empatados con el 47% entre los probables votantes.
Por esto, el debate de este lunes es la última oportunidad importante para Romney y Obama de ser vistos por millones de votantes antes de las elecciones. Más de 60 millones de espectadores vieron cada uno de los dos encuentros anteriores.
Incertidumbre. Si la historia reciente sirve de guía, nadie sabe cómo se desarrollará el tercer cara a cara.
Pese a una reputación de ser un hombre acartonado, Romney ha demostrado su capacidad para estar a la altura y ha tenido un buen desempeño en el escenario.
Por su parte, Obama parece tener la sartén por el mango en temas de política exterior, ya que ha sido el encargado de la seguridad nacional del país durante casi cuatro años.
Obama se lleva el crédito por la misión que terminó con la muerte de Osama bin Laden y por el retiro de las tropas estadounidenses de Irak.
David Yepsen, director del Centro de Políticas Públicas Paul Simon en la Southern Illinois University, dijo que Obama tiene dos objetivos en el debate del lunes: demostrar que "no tiene que pedir disculpas por la forma en que ha conducido la política exterior" y cuestionar la experiencia de Romney en asuntos internacionales.
Yepsen sostuvo que China podría ser un problema para Obama, ya que Romney se ha comprometido con tomar medidas enérgicas contra las políticas comerciales de China si es elegido.
El ex gobernador de Massachusetts, cuya gira al extranjero realizada en julio a Londres, Jerusalén y Polonia estuvo marcada por pasos en falso, tiene que asegurar a los votantes que es una alternativa creíble al presidente en el escenario mundial.
Romney acusa a Obama de ser el culpable de un presunto debilitamiento de la influencia de Estados Unidos en el extranjero.
"Muchos votantes están dispuestos a sacar a Obama si ven en Romney una alternativa aceptable", dijo Yepsen.
"La política exterior no ha sido un gran impulsor en esta campaña, pero creo que Romney podría ponerle la guinda a la torta si la gente dice: 'Este tipo es un líder en los asuntos mundiales'", agregó.
El debate estará dividido en seis segmentos: el papel de Estados Unidos en el mundo, la guerra en Afganistán, Israel e Irán, el cambio en Oriente Medio, terrorismo y el ascenso de China en el escenario global.