Dos obispos católicos que dirigieron la diócesis de Altoona-Johnstown (Pensilvania) han sido acusados de encubrir los abusos sexuales perpetrados por 50 religiosos a cientos de niños durante al menos 40 años.
El informe de la investigación de un jurado de Pensilvania, de 147 páginas, divulgado este 1 de marzo por la Fiscalía de Pensilvania, incide en el papel de encubrimiento que jugaron James Hogan, que encabezó la diócesis entre 1966 y 1986 y murió en 2005, así como Joseph Adamec, quien sucedió al anterior al frente de la diócesis en 1987 y se retiró en 2011.
"Esa conducta puso en peligro a miles de niños y permitió que probados pederastas abusaran de más víctimas", resaltó en un comunicado la Fiscalía de Pensilvania, dirigida por Kathleen Kane. Ninguno de los delitos recogidos en la investigación puede ser perseguido por la vía penal porque varios de los religiosos acusados de abusos sexuales han muerto, algunos de los crímenes han prescrito y, en otros casos, las víctimas están tan traumatizadas que prefieren no testificar, detalla la nota.
Las pesquisas se desarrollaron a lo largo de dos años y a través de 115.042 documentos, detalló la Fiscalía de Pensilvania. Muchas de las pruebas fueron descubiertas cuando, por orden de la fiscal general de Pensilvania, las autoridades entraron en agosto del año pasado en la diócesis y descubrieron un "archivo secreto", del que solo tenía la llave el obispo y en el que se detallaba el nombre de los sacerdotes acusados de abusos sexuales.
Diócesis guardaba detalles de menores víctimas y religiosos violadores. Según el informe, entre los documentos incautados figura el testimonio de varias víctimas y cartas sobre los abusos de los religiosos, a los que la diócesis daba de baja por "enfermedad" o por "agotamiento nervioso" para cambiarlos de destino y evitar una investigación.
Las pruebas recolectadas también muestran que, en varias ocasiones, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y los fiscales dejaron de investigar las acusaciones de abusos sexuales dentro de la diócesis por motivos que no se especifican.
Entre los ejemplos mencionados por la Fiscalía de Pensilvania destaca el del religioso Joseph Gaborek, ahora de 70 años y destinado a principios de la década de 1980 a los centros de St. Michael's Church (West Salisbury) y St. Mary's Church (Pocahontas), ambos en Pensilvania. El religioso reclutó a un chico de 16 años para su parroquia con el objetivo de violarlo y, una vez que se produjo una denuncia ante la policía estatal, el obispo Hogan pidió que no se juzgara al sacerdote pero aseguró que recibiría tratamiento, según detalla la Fiscalía de Pensilvania. En realidad, el religioso fue enviado a un centro donde no recibió ningún tratamiento psiquiátrico y después fue reasignado a una parroquia, según denuncia la investigación.
Los abusos del clero a menores en Estados Unidos salieron a la luz con fuerza en 2002, cuando una investigación de The Boston Globe destapó un escándalo sin precedentes y el cardenal arzobispo de Boston, Bernard Francis Law, tuvo que dimitir por haber encubierto abusos sexuales. Ese momento ha sido recientemente retratado por la película "Spotlight", ganadora del Óscar a la mejor película.