El derechista Partido Acción Nacional (PAN), del presidente Felipe Calderón, está desgastado por promesas no cumplidas como la creación de más empleos y el drama de los 42,000 muertos que ha dejado la violencia ligada con el narcotráfico, lo que le ha traído descalabros electorales.
Ciudad de México. El partido gobernante de México está entrampado en la selección de su próximo candidato presidencial, mientras el tiempo corre y su principal rival a vencer, el opositor PRI, galopa como favorito para recuperar el poder.
El derechista Partido Acción Nacional (PAN), del presidente Felipe Calderón, está desgastado por promesas no cumplidas como la creación de más empleos y el drama de los 42,000 muertos que ha dejado la violencia ligada con el narcotráfico, lo que le ha traído descalabros electorales.
En momentos en que un popular gobernador del Partido Revolucionario Institucional (PRI) -fuerza que gobernó el país por más de siete décadas hasta que perdió la presidencia en el 2000- marcha como favorito para ganar los comicios de julio del 2012, según sondeos, el PAN no tiene un claro postulante.
Tras un encuentro en el que participó Calderón semanas atrás, el oficialismo se propuso reducir el número de precandidatos -una diputada, un senador, un gobernador y los secretarios de Hacienda y Educación, -pero hasta ahora ninguno de ellos ha querido dar un paso atrás.
Por el contrario, los cinco están muy activos haciendo mítines y dando entrevistas en radio y televisión.
La coordinadora de los diputados oficialistas, Josefina Vázquez Mota, y el senador Santiago Creel figuran como los favoritos para ganar las internas, según un reciente sondeo entre simpatizantes del PAN.
Detrás se ubican, muy lejos, los secretarios de Hacienda, Ernesto Cordero, y de Educación, Alonso Lujambio, además del gobernador de Jalisco, Emilio González.
El árbitro de las internas en el oficialismo dijo que no han continuado las conversaciones entre los aspirantes y la dirigencia nacional del PAN para definir un mecanismo de disminución de interesados en contender por la candidatura. El último encuentro de este tipo fue hace más de dos semanas.
"Está en 'stand by' literalmente (este proceso)", dijo José Espina, presidente de la Comisión Nacional de Elecciones.
"No se ha definido ningún mecanismo para la disminución de aspirantes, a lo que le apostamos es a la decisión personal de cada uno de los interesados (para eventualmente retirarse de la carrera)", agregó Espina en una entrevista con Reuters.
Antes ya se retiraron dos precandidatos -los secretarios del Trabajo y de Desarrollo Social- argumentando que no tenían posibilidades de obtener la candidatura.
Arrancan motores.
Esta no es la primera vez que el PAN rema a contracorriente en unas elecciones presidenciales.
En el 2006, al inicio de la campaña, el entonces candidato panista Calderón estaba muy retirado del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que marchaba como amplio favorito en todos los sondeos. Al final Calderón logró remontar y triunfar por una mínima diferencia de votos.
Mientras que algunos líderes panistas presionan para acelerar la depuración de precandidatos a fin de mostrar sólo un par de rostros como probables competidores del gobernador Enrique Peña Nieto, quien parece el seguro candidato priísta, analistas creen que apresurar tiempos sería contraproducente.
En octubre comienza formalmente el proceso electoral en el que los mexicanos elegirán en 2012 a un nuevo presidente, 500 diputados federales y 128 senadores. Ese mes los partidos deben informar a la autoridad electoral el método que usarán para elegir a candidatos presidenciales, dijo Espina.
En noviembre, las fuerzas políticas tienen que lanzar la convocatoria para registro de precandidatos y a fines de febrero se realizará la elección de postulantes presidenciales tras un periodo de campañas internas.
"El PAN lo que está intentando hacer es encontrar algunas reglas de consenso que permitan llegar en mejores condiciones, o no tan malas, a la elección", dijo a Reuters Irma Méndez de Hoyos, analista de Flacso en México.
"Apresurar las reglas por la competencia externa podría generar una fractura interna que lo debilitara más", agregó.
El oficialismo carga además con varias derrotas electorales que lo tienen presionado para modificar sus estrategias rumbo a las presidenciales.
El descalabro más reciente fueron los comicios para gobernador en el Estado de México, el más poblado del país. El PRI obtuvo un contundente triunfo y con ello un impulso a Peña Nieto, el actual gobernador.
Para el candidato panista esa contienda fue un desastre ya que el tercer lugar que obtuvo significó el peor resultado para el PAN en elecciones de gobernador en el estado desde 1987.
En elecciones del 2009, el PAN perdió la mayoría relativa en la Cámara de Diputados, que pasó a manos del PRI.